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UPMM solicitó, con ese pésimo gusto que tienen los adolescentes para estas cosas, autorización para empezar a salir "por ahí con sus amigos" un poco más tarde, con ocasión de Estas Fiestas Tan Entrañables Y Tan Nuestras.
Vaya por delante que éste su anfitrión, a lo largo de su procelosa vida, y a partir de los, pongamos, quince o dieciséis, se lo ha pasado bomba: ha salido TODO lo que ha sido menester, ha juergueado todo lo necesario y mucho de lo innecesario, ha tenido un número suficiente de bandas de rock'n roll, ha hecho una licenciatura con la brillantez que era de esperar, un postgrado cum laude, ha organizado juergas (destructivas y no), conciertos y actos de toda índole (incluyendo Congresos Internacionales, Universitarios y Fiestas de Cumpleaños para cien personas en el chalet de mis adorados padres sin incurrir en fulminante desheredación), se ha procurado (con éxito dispar, ciertamente, pero en cómputo global no se puede quejar) en todo momento compañía femenina de honesto (juás/no juás) entretenimiento, ha viajado y disfrutado de lo mucho de bueno que existe allende los Pirineos, ha desarrollado una carrera profesional gratificante... y sigue. En fin: que no nos hemos quedado parados, vaya, y que sé de la importancia no de llamarse Ernesto, si no de aplicar al tiempo el tratamiento que merece: no parar jamás, y exprimir las horas.
Esto lo digo porque UPMM solicitó del Mando autorización para salir el lunes hasta las 22.00. No sé yo lo que pensará mi respetable auditorio, que en media es significativamente más joven que yo (en fin, revelaremos que tengo 39 desde julio pasado), acerca de esa hora de llegada. Lo cierto es que tal es el límite horario que se fijó.
UPMM llegó a las 23.00, muy sonriente y, con dos cojones, espetó a MBO, Su Santa Madre, algo parecido a lo siguiente "sí, si que sé que hora es, y que me he retrasado una hora, pero es que me lo estaba pasando muy bien". MBO y yo habíamos convenido, allá a las 22.30 -cuando percibí que MBO empezaba a estar realmente preocupada- que no habría cabreo, gritos ni cosa parecida. Simplemente se le vetarían salidas en lo sucesivo (al menos durante las fiestas) y fin.
Conforme ello se producía, yo empezaba a percibir la segregación por MBO de cantidades industriales de reprochitina.
La reprochitina es una hormona, fundamental -pero no exclusivamente- femenina, que empuja al ser humano de género femenino a soltar reproches. El reproche es algo que, como casi cualquier elemento del género masculino sabe, es perfectamente inútil: nadie cambia nunca, y a partir de cierta edad, muchísimo menos. Cabrearse, bufar, soltar pullas impertinentes poniendo de manifiesto el error o el agravio (o lo que lo es, desde el punto de vista de la fémina profiriente) cometido, con un tono más o menos ostensiblemente agresivo, es el efecto inducido de la segregación de reprochitina, y es, desde luego -insisto-, PERFECTAMENTE INÚTIL si lo que se pretende es modificar los hábitos, la tendencia o las costumbres de alguien.
Como es obvio, la segregación de reprochitina como consecuencia de la tardía arribada de un adolescente primerizo es un efecto inmediato, pero, desde luego, las consecuencias ya citadas JAMÁS conseguirán modificar el punto de vista de un adolescente sobre sus propios actos. Máxime si, como en el caso de UPMM, se es REMATADAMENTE TERCO.
Una vez que UPMM hubo recibido un contundente chorreo por parte de MBO, que le indicó que no volvería a salir JAMÁS (+/-) y que cenaba en la cocina, Hans procedió a seguir a UPMM por el pasillo, con ánimo indagativo:
H- UPMM, pero chico... ¿cómo se te ocurre? (discreta pero profunda inspiración de Hans: no huele a alcohol, no parece que haya fumado tabaco ni otra cosa).
U- [mumblemumble adolescente: contenido ininteligible].
H- ¿Te das cuenta de que si simplemente hubieses llegado algo (poco, a y diez o así) después de las diez, no te habrías jugado salir en los próximos eones? Estábamos preocupados, UPMM! (Hans echa una ojeada a las pupilas de UPMM; sin duda, no hay psicótropos por ahí)
U- Ya, pero es que me lo estaba pasando bien...
H- Joder, UPMM; pero es que tienes que darte cuenta de que a nosotros nos preocupa, date cuenta de la hora que es...
U- [mumblemumble adolescente tipo "atodoslesdejan"]
U- ... y es que además no quería dejar a X solo.
H- ¿!Estábais solos a estas horas!?
U- Ehm... No.
H- ¿Entonces...?
U- No, es que estaba fulanita y menganita, y claro...
H- Urghs... Bueno. ¿Te lo has pasado bien, en definitiva?
U- [Contundente sonrisa] Sí.
Hans es un puto fósil, claro, pero ¿cómo coño se convence a un adolescente razonable de que debe volver a casa justo a mitad de las maniobras de despliegue de la cola de Pavo Real? Eso es IMPOSIBLE. Por más que le bufe, le grite o le castigue, UPMM está convencido de que el lunes hizo lo que debía. Como yo lo estuve con dieciséis, claro :-D
Juro que no me puse en plan "Amigo". [Yo no soy (no puedo ser) amigo de mi hijo, soy su padre: tendrá mi cariño, mi comprensión, y en la medida en que me sea posible, procuraré que no se haga daño con las cosas con las que yo me lo hice; trataré que tome como modelo -si pudiera: yo lo hice con el mío- aquellas cosas de mi manera de proceder que considero que son buenas, y que evite mis numerosos defectos: me gustará conseguir que asuma como fundamental respetar la palabra dada, no mentir, asumir las consecuencias de sus actos, respetar a los demás -y muy señaladamente a las mujeres, no por machismo, si no porque sospecho que planea una cosificación del contrario en el sexo que me parece un desastre- ser razonablemente responsable... y, probablemente, que cuando falle en esas cosas importantes recapacite y trate de evitarlo en lo sucesivo, y minimizar los daños a terceros que se puedan seguir de su acción.] Simplemente hice una comprobación de principio de un par de cosas que, creo, es normal que me preocupen, e intenté comunicarle las causas tanto de nuestro estado de ánimo como de su sanción. Y luego lo dejé, porque no me gusta perder el tiempo.
Hubo segunda segregación de reprochitina, claro, que me chorreó, esta vez, a mí: "No me parece nada bien que, encima, le preguntes qué tal se lo ha pasado, y blablabla". En fin...
Eso sí, yo no cené en la cocina: afortunadamente lo había hecho antes en el Salón :-D
N. del A.: Nadie se equivoque, después de esta ligera boutade : la razonable, chez Hans, es MBO. Otro día hablaremos de lo que es organizar (organizar, sí: curramos y colaboramos los dos en casa -y yo mucho, no quepa duda-, pero quien asume la organización y coordinación logística -cosa que no es simple dado que somos cinco, con incidencia de tres*UP, y de ahí tres*colegio, tres*médico, tres*oculista, tres*dentista, tres*deportes, tres*actividadesextraescolares, etc, etc- es MBO, no yo.) un hogar como el mio manteniendo, a la vez, requerimientos profesionales de alto nivel, manteniendo una imagen formidable (MBO es muy guapa) y no morir. Si existe una super-woman, esa es MBO. Pero sin estruendos ni numeritos. Lo es porque es así como deben ser las cosas. :-D
9 comentarios:
mumblemumble adolescente: contenido ininteligible...
Lágrimas, lágrimas me caen por las mejillas, Hans!! (de risa, léase).
Sabía, carísima Xurri, que tú valorarías y comprenderías bien esta entrada :-D.
COKJOSZS: Los cojones del comisario político del Koljós, o algo así...
Y yo pensando en tener hijos. No valgo. Seguro.
jua jua jua, buenísimo! Hans, no sufras, pareces un buen padre. De todas maneras, lo que pienso del tema va en el post de hoy. Gracias
yo también creo que lo de "¿te lo pasaste bien?" dejaba a tu mujer un poco como la mala de la peli, pero me parece una conversación padre hijo bastante serena y natural, como debe ser, nada de "yo soy tu padre, así que cuando me mosqueo olvídate de razonar conmigo"
si le mantienes el castigo el resto de las fiestas (más o menos, supongo que se trata de que pierda algo quue le guste para que os tome en serio, no que lo pierda todo y os tome manía) entonces te aplaudiré convencido.
e-jay, yo sigo haciéndome cruces que te exijan carnet de conducir, tengas que tener un doctorado para ser neurocirujano, y sin embargo no exijan formación cuidadosa, superior y de alto voltaje para ser padre. Te aseguro, de todas maneras, que -aunque suene moñas- con cariño, y siendo cuidadoso (y riguroso) la cosa funciona. Y en todo caso merece la pena.
Juan, ya sabes, la progenie es LA preocupación. Lo demás -todo lo demás- es bastante secundario.
Dwalks, sé que lo de "te lo pasaste bien" suena un poco como dices, pero no fue exactamente así. En todo caso, el castigo se mantendrá, no te quepa duda (no hacerlo sería LO PEOR que podría hacer)
No he podido concentrarme en todo el post, Hans. Es que leís UP(xxx) o lo que siguiese y me venían a la memoria los Umpalumpas de Charlie.
Joder, qué risa.
Incomparable descripción Hans!... :D
Completamente de acuerdo. Pasamos por lo mismo, aunque los horarios no coinciden. En Buenos Aires, el límite de las 22:30 es de dinosaurios. Y no te lo digo porque crea que eres uno de ellos, faltaba más. Es que la noche en esta ciudad comienza después de la una o dos de la madrugada. Todos trasnochamos, de hecho acostarse a las doce o una de la madrugada es normal. Pero la situación descripta, pormenorizadamente descripta, es tan similar como idéntica en nuestro caso.
Entiendo que poner límites es una manera de que ellos también maduren y se fijen los propios. Nosotros lo hicimos, ya no lo hacemos... la unidad se los fija por autodeterminación y al regreso, sin excepciones, llama de su celular para avisar que está en camino.
E-Jay... tu post de la fecha es irónicamente divertido. Yo vivo en la ciudad pero tengo amigos que también están en el más allá!... y es como que se olvidan de regresar!... No tengas tanta fobia a los críos.
El "usuario anónimo" reconoce el "fatal error" y se identifica. Disculpas por la omisión, Hans. Si se puede modificar la entrada, se agradece.
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