15 junio, 2008

Mediando junio.

Mis augustos padres, en Polonia (centroeuropa, no estespaña); mi hermano en el deefe, dando una conferencia sobre lo cojonudo del modelo que ha implementado en su empresa. Yo, en Albacete.

La referida ciudad está en el medio de ninguna parte. Imagino que si uno es valenciano, la cosa le resulta próxima. Yo tuve que reflexionar para hacer la traza de mi ruta. Traza a mano, claro: los info-aperos te mandan todos por MAD o por Valencia.

Y es que en España hay más sitios aparte de MAD, BCN, Sevilla, Valencia o Zaragotham. Muchos más, a los que no se accede a través de los radios de rueda REDIA, si no mediante capilares de tela de araña; ejemplo, Albacete. Hay una ruta de una belleza casi dolorosa -retened el nombre, rincón de Ademuz- que va desde Zaragotham a Teruel y sigue hacia el Sur, a cuchillo, por entre llanos y cortados montunos, hasta llegar a Albacete.

Cojo el coche grande y familiar. MBO ha manifestado su cierto temor por las lluvias torrenciales que pueden llevarse el cochecillo negro de techo de tela por delante.

Maripuri, el navegador, persevera en las opciones más conservadoras, coñazo y autovíicas. Yo me resisto y me meto por rincones que me hacen echar de menos al cochecillo: bien de curva contundente a negociar acelerando. Dos toneladas, por más sobrecargadas de caballos que vayan, no son lo mismo. Tengo sensación de Pegaso de tres ejes.

Pero eso es lo que no hay: camiones por las carreteras. Una vez más, los perserverantes delitos de coacciones de algunos camioneros han conseguido que, para que tales camioneros consigan sus objetivos, otros hayan de ver sus derechos pisoteados. Y es que 'piquete' es sinónimo de 'amontonamiento de hijosdeputa'.

Cada vez que llego a una ciudad como Albacete ratifico mi tesis de visión aeronáutico-hormiguesca. Cuando montéis en un avión, no dejéis, en el momento inmediato posterior al despegue, de mirar al suelo, a los coches que se empequeñecen a toda velocidad, a las personas que en dos segundos mutarán en menos-que-hormigas. Y pensad que todos y cada uno de ellos alberga en sí una cosmovisión, un conjunto de valores, pasiones, deseos y aversiones. Como los vuestros. Todos ellos. Cada uno de ellos.

Y es que hay un error conceptual de partida que es muy frecuente entre nosotros, los privilegiados, consistente en pensar que sólo existe nuestro punto de vista. Que lo demás son los cutres que ven el tomate, los guarros de camiseta sin tirantes e Ibiza amarillo tedeí, las gordas que arrastran bolsos por los hospitales públicos, y que esa gente da plano en el encefalograma.

Ojo, que esto no es tolerancia cutre, buen rollito zapaterí. Por supuesto que es un desastre que el pésimo gusto, la incultura, la zafiedad estén generalizadas. Que debería generalizarse un modelo mejor (el nuestro, naturalmente). Pero así y todo...

La tolerancia no implica tragar semejante mierda. Tampoco tiene que ver con lo que hacen los sozis ('No piensas como yo, luego no te hago ni puto caso: me importa una mierda'). Se trata de intentar examinar qué demonios piensan, contrastar y en un debate franco y honesto (partiendo de la premisa de la 'no-superioridad', del 'tal-vez-tenga-razón') llegar a convencer.

Se llama dialéctica, pero claro, exige un esfuerzo de la hostia.

A ver si es que estamos un poco equivocados. Aunque sólo sea por estadística. Es probable que este análisis tan tonto me haga respetar, todavía, algo, al género humano.

Como digo, no parece que Albacete tenga especial interés general. Hay millones de bares, sitios de tapas, garitos de noche. Se come con contundencia y sin matices (ni interés).

El edificio de la Cámara de Comercio es precioso: lo que fue el chalet de una familia de posibles que se fué a tomar por saco después del suicidio del patriarca.
Mi viaje es laboral (kind of, en realidad).

Sesiones científicas de interés, cierto. Visitamos en el tiempo restante una bodega, Los Aljibes, cuyo producto apunta maneras. Todo el equipo -la enóloga, los comerciales, la gente de organización- son jóvenes, inteligentes y guapos. El director es uno de esos hijos de millonario que demuestran que dicha condición, en sí, no quita mérito alguno: el tipo, que no tiene treinta años, es encantador, educado, elegante, preparado y formado debidamente, extraordinariamente amable e implicado -con esfuerzo importantísimo- en la gestión de una de las bodegas mejor organizadas que he visto hace muchos, muchos días. Con viñedos de uva originalísima -quién coño iba a decir que había Viognier en Albacete, quién esperaba ese Cabernet Franc-, que en este momento, después de la lluvia, lucen un verde demoledor: qué belleza, por Dios; paseamos por la explotación en un arrastre de cuatro caballos. Que además hace aceite en las almazaras colindantes; con su yeguada. Todo suena, tal como lo cuento, como capricho de rico. No. Algo sé de ese tipo de explotaciones; espero que les vaya de miedo, pero, además, dudo bastante que no funcione adecuadamente; vamos, que les dé dinero, que es lo que debe ser.

Me tuesto al sol de Castilla mientras degusto los caldos de la casa con placer.

Me cuentan, en mi reunión de Kapellmeisteren de Asociaciones Provinciales de Criadores de Plantas de Jardín, de las últimas cabronadas que el sector ha perpetrado entre algunos de mis antiguos compañeros. Me jode mucho, pero sé que 'no se vayan todavía, aún hay más'. Aparte de esto, el momento es grato. Viejos camaradas, nuevos amigos, el tono afectuoso que llevamos manteniendo doce años ya.

Me llevo como libro para los tiempos perdidos Todavía no me quieres, de Johnathan LETHEM, que podéis, con toda tranquilidad, dejar abandonado en el montón de la librería cuando os tiente con su portada poderosamente rosa.

Echo en falta a mi familia, y no se me ocurre llamar por teléfono.

Regreso y me precipito en un domingo inmediato anterior a una semana infernal, en que el ensayo de Los Modos tendrá lugar el martes a las 22.00, y en que espero que el Zapatos no explique a Trichet qué debe hacer -cada opinión del gran estadista nos cuesta un disgusto gordo y cuantificable- , ni tampoco cuchichee con La Sónsoles mientras suena el Himno Nacional. Indeseable. Asqueroso. Que seas rojo (advertencia, le estoy citando) no te permite que faltes al respeto. Como tampoco te disculpa la torpeza de haberte quedado apoltronado mientras pasaba la bandera de los Estados Unidos. Por cierto, incompetente: esto no te lo perdonó Bush, pero tampoco te lo perdonará Obama, la Clinton, Mc Cain. Nadie en los USA, gran estadista.

04 junio, 2008

"... que Vladivostok no se rinde"

No: no me he muerto, ni he cerrado el blog (a diferencia de tantos de esos que lucen en la columna derecha). Tampoco es que mi vida haya devenido tan sosa que no haya pasado nada en estos (glups) más de dos meses sin actualizar. Ni que la segunda parte del viaje a Las Rusias fuese tan aburrida que nada haya que contar. No. Tampoco es que haya estado sin leer cosas de interés. Lo que pasa es que:

a) estoy absolutamente hasta arriba de trabajo. Sí, lo sé: la excusa es cutre; pero es que, además...
b) ...Los Modos están de nuevo en la carretera, con batería y bajo nuevos (espero poder colgar algo de material sonoro decente a pesar de maquetero a no mucho tardar), y
c) ... estoy yendo al gimnasio de manera regular. Sí, pueden creerlo.

Y no crean, durante estos (glups) más de dos meses se me han ido ocurriendo cosillas que colgar, pero siempre los borradores quedaban sepultados bajo montones de papeles de toda naturaleza. Eso pasó con las notas de Moscú, por ejemplo. A saber andestán.

Hubo anécdotas reseñables en ese viaje, sí. Tal como cuando MBO y Hans se van a tomar una copa a un bar absolutamente sensacional (en la decoración, en la concurrencia -señaladamente la femenina, y me remito a lo señalado en un comment en la anterior entrada-, en la música durante la primera media hora).
Hans pide, de acuerdo con su costumbre dada la hora que es, un Dry Martini
- How d'you like it, Sir?
- Very, very Dry, please.


El barman no especifica la costumbre de la casa de realizarlo directamente "à la 007". Es decir, con Vodka. Con ese jodido vodka ruso que es lo más parecido al alcohol de quemar que un ser humano pueda beberse.

Hans se lo pimpla, claro, pero al pedir el segundo no olvida indicar "Not that dry, in fact. Bit softer, please" con manifiesto cachondeo de MBO, que no se apiada de la garganta flameante de su esposo (que coincide que soy yo).

He descubierto a un escritor que desconocía y que me ha tenido enganchado cual yonki a sus libros. Espero que sigan publicando su material. Entretanto, les encarezco que se hagan Vdes., de inmediato, con la Trilogía de Deptford, y disfrutéis como he hecho yo. El nombre es Robertson DAVIES: no lo olvidéis.

He escuchado músicas relativamente nuevas, yo, aferrado de usual a mis iconos pop de décadas casi olvidadas. De momento, Las Charades, lo nuevo de Lula, el sensacional disco de Insanity Wave. Comprad Late Night Shift, que es un disco fenomenal. No olvidéis a esta banda si os gusta el power pop de raiz más americana que brit. Los Insanity cantan en un inglés excelente y a pesar de ello (es sabido que lo de que un grupo español cante en inglés es algo que a mí, a priori, me repatea los hígados) me encantan. Además tienen el muy buen sentido de grabar en serio, en sitios serios, producidos en serio y con muy, muy, muy buen gusto en producción (estoy harto de producciones malas o simplemente valencianas, a puro de superponer violines infames). Todo ello hace que, por el momento y para mí, Late night shift sea el mejor disco power pop español del año 2008.

Y ello a diferencia del último de Paul COLLINS. Me temo que el maestro, después de Flying High, se ha precipitado en sacar nuevo disco, y ha patinado fuertemente. Ribbon of Gold es, simplemente, un disco vulgar, del montón. Y me jode decirlo, porque su autor -que me cae muy bien- lo es también del disco que comentaba hace un par de años y medio y me parece sensacional. Qué le vamos a hacer, no es fácil componer tantas canciones buenas. Nos quedaremos con el anterior y con tantas otras grandes canciones que el Maestro Collins nos ha proporcionado en el pasado y esperaremos que vuelva a hacerlo en la conciencia de que los genios pueden caer y renacer de sus cenizas.

He visto la película de Indiana con manifiesta decepción (¿será que somos más viejos, o será, simplemente, que la pelicula es flojísima? ¿Cómo pueden ser tan burdos como para recurrir a chapuzas extraterrestres? Qué lamentable). En fin: MBO dijo que la película evidencia la gran crueldad de Natura: Indy (perdón, Harrison FORD) sigue teniendo un pasara sus sesenta y tantos, pero Karen ALLEN está manifiestamente perjudicada tractu tempore. Y hube de replicarle -tal vez adoleciendo de cierta falta de caballerosidad para con la referida actriz- que la ALLEN jamás ha sido, a ojos masculinos, un bollazo, a diferencia de Indy (Perdón, FORD), que SIEMPRE lo fue a ojos femeninos. Diré que el debate, en rigor, podrá tener lugar dentro de veinte años o así, pero tomando como referencia la niña Blanchett que, esa sí, está para mojar pan. Pan soviético, para mojar en vodka (y así se cierra el círculo de esta entrada :D).

Ah, no, que no puedo cerrar la entrada sin mencionar que, con el objeto de que pueda dar cumplimiento a mi plan health&beauty summer 2008, MBO me ha regalado unas Nike Shox Experience Azules muy efectivas. Como estas. Casi enrojezco de exhibir mis gymvergüenzas, he de reconocerlo, pero por otra parte me enorgullezco de mis treinta minutos de elíptica, mi masoquismo maquinero con bien de kilos en carga, mis tablas de abdominales homicidas, y todo ello no menos de tres veces por semana. Esta esquizofrenia espiritual va a acabar conmigo. Al menos puedo mirar a Dwalks a la cara

Bueno: vuelvo a la mina. Sólo quería que no se olvidasen de mi. Sólo quería no olvidarme yo mismo de que tengo un bló y ello conlleva una dosis de poder, y todo poder lleva aparejada una responsabilidad y blablabla.

P.S.: Cuán inmateriales, las vacaciones, urghs. ¿Existirán?
P.S. #2: ¿Tendré lectores todavía? No volveré a pegarme más de dos meses (glups) sin actualizar, que el público se merece una atención y un respeto, y por ello una continuidad.