03 julio, 2009

Lo que faltaba: Coppola como Almodóvar

La publicación de esta entrada se ha demorado excesivamente: primero esperé la publicación de Millenium III, pues ando pergeñando una reflexión sobre la literatura negra escandinava, y publicar eso haciendo caso omiso de la edición de La Novela Más Esperada (mayúsculas no casuales) era absolutamente impropio y poco riguroso; publicóse, adquiríla (el propio 18 de junio. El primero de Zaragotham, no lo duden), leíla a todo gas.




Luego cierto crítico escachó la novela ventilándola en un artículo del Oregon's Herald tan petulante como inexacto. Lo primero es disculpable: al fin, el referido crítico tiene virtudes notables y conocimiento literario [aunque a veces, me temo, le guíen motivos espúreos: en la presentación de cierto libro: 'Vengo sólo a ver al presentador; la novela no me interesa'. Y es cierto, el presentador en cuestión es admirado autor y brillante comentarista de quien ya se ha hablado aquí. Sólo que el autor -cuya PRIMERA novela ha sido directamente publicada por Tusquets: supongo que ya comprendenden la causa del mosqueo del aquí criticado crítico, también escritor- de la novela es un buen amigo de quien hablaré en otro momento].

Lo segundo, en fín, lo de la inexactitud, no. En rigor, lo menos disculpable es empeñarse en hacer crítica literaria de un género que no gusta -y probablemente no se conoce o bien no se ha aprehendido debidamente-, sobre todo cuando se es vehemente. Es como si a mí me ponen a hacer crítica de discos de jotas o así. Es conveniente un tanto de contención, y sobre todo no dedicarse a aquéllo de lo que uno no sabe.

Eso me machacó el comentario, me desactivó la pulsión (vista una crítica mal realizada uno tiende a relativizar su legitimidad crítica, creo), de modo que pospongo el coñazo analítico policiaco nórdico, y sintetizaré: Millenium III, a.k.a. La Reina en el Palacio de las corrientes de aire (título merluzo donde los haya, btw) de Stieg LARSSON es una excelente novela; ciertamente maniquea y tal vez de demasiado final feliz, y demasiado sesgada conforme a los gustos ideológicos del autor: vamos, que en España nadie sería tan consciente de la trascendencia de su escritura en la defensa de las esencias de la Democracia (en este caso escaniana) y mediría tanto sus palabras. De tan 'cuidadoso' a veces resulta ridículo. Lo que pasa es que tiene un flanquillo thriller político que, por desconocido (intestinos de la cosa pública escandinava) me ha interesado. Y está diestramente escrita, y mantiene la tensión. Es a veces, como las anteriores, un tanto morosa, pero es perfecta novela de verano. Ah, por cierto: 864 paginicas de vellón.

Volviendo a la justificación de la mora entradil, señalo que esperé a disponer de fotos del IV concierto de la gira 'El reton-no de Los Modos'. Pero de momento sigue siendo que no. El concierto, que se celebró en EL PRIOR CAVERN el pasado 27 de Junio de 2009 no estuvo mal: incorporamos cuatro temas propios nuevos (dos mios, dos de Míchel) y una imprescindibile versión -dadas las circunstancias- de La Chica de Ayer bastante lucida. El problema fue el sonido de ese lugar que es siempre malo y esta vez fue peor. Da lo mismo: en septiembre volveremos al apetecible ARENA, y ahí será mejor.

Y, bueno, ayer noche ví la película que causa esta publicación. Mira que vamos poco al cine, lamentablemente. Sin embargo ayer gocé de una tarde vagucia (increible: hacía muchos meses que no 'libraba' por la tarde) y rematamos la jugada yéndonos a los Renoir. Y fuimos a sufrir TETRO. Simplificaré de nuevo: vaya puto pestiño. Vaya basura. Qué tristeza que el Gran COPPOLA, a quien debemos obrones como El Padrino, Apocalypse Now o Cotton Club (y tantas otras 'obras menores', y productor, además de American Graffiti) acabe copiando al puñetero manchego, deviniendo igualmente somnífero diseñador de vivencias de ciencia ficción. Curiosa la presencia de la VERDÚ (que nunca me ha puesto mucho, pero a la que ví un tanto desmejoradilla) y la de Carmen MAURA, ejerciendo de Carmen MAURA, exactamente igual que en cualquier pestiño almodovarí. Vincent GALLO recabó el apoyo estético de MBO (estos con cara de malo perturbadillo suelen gustarle).


No negaré la gracia de las inserciones de filmes alemanes de los cincuenta, pero fuera de eso y de alguna intervención causante de risas de alguna secundaria cómica (cuantificación del placer, como dos minutos y medio en total) sólo me queda daros un consejo de amigo: no perdáis tiempo ni dinero en este patinazo del Maestro. La clasificación estricta sería MDC: mala-de-cojones.