Pues resulta que ayer era San Jorge, una fiesta que se celebra en todos los territorios españoles (todavía) que conformaron aquello que era la Corona de Aragón. Sutil concepto éste, el de la Corona de ARAGÓN, y no otra cosa. En fin, dejémoslo, pero no olvidemos que ayer era San Jorge, SAN JORGE. Otra(s) denominación(ones) es(son) mera(s) traducción(ones). Dicho queda. Esto ha hecho de este un fin de semana más largo: como caía en domingo, hoy lunes ha sido fiesta. Eso siempre resulta grato.
Este fin de semana se celebraba una fiesta en MAD que me fastidió perderme, pero he de reconocer que había motivos para no acudir; fundamentalmente, el bautismo del hijo de la socia de MBO (un acto a priori no muy atractivo, salvo por el hecho de que la Familia son personas a las que queremos mucho. Lo peñazo del viaje de 130 klicks ida/130 vuelta se vió compensado por lo agradable que fue todo). También teníamos el concierto de Paul Collins en ZAZ.
La fiesta perdida tiene su aquél. Alguna vez hablé aquí de la llamada Célula Revolucionaria Básica: los dos grandes amigos de la Uni, uno -D.- filólogo él (de quien si que hablé aquí) y el otro, M., compañero de carrera que también ha llegado donde quería llegar (por no entrar en detalles). Tengo que encontrar copia de algún manifiesto que teníamos, para dar la justa medida intelestuá de lo que era la cosa. Tenemos todos la misma edad, y este sábado era M. quien celebraba el sangriento evento junto con Su Santa, S, que también, como M., como todos nosotros, cumple forty en 2006.
Fue en casa de los padres de M. donde hace muchos años (12? 15?) coincidí por última vez con Isabel, AKA Mai Meneses, que acaba de sacar un disco bajo la denominación Nena Daconte. Si, hombre, os acordaréis: Mai Meneses, una niña que fue expulsada fulminantemente de OT en el único capítulo de ese programa abyecto que me he tragado jamás. Fue con ocasión de otra fiesta de cumpleaños de M., precisamente, y allí estaba yo con mi Rickenbacker, para tocar algo, y ella también cantó algo con su novio de entonces (un tipo que tenía una Fender mexicana, una Strato azul claro si no me equivoco). Una de esas veces en que acabé a las mil y media de la noche cantando The River en el jardín junto con un chaval que, según creo, es ahora notario. Al día siguiente, desayunando, Isabel nos contaba de sus dudas acerca de la necesidad de encontrar un "estilo" y yo, que ya conocía algunos de sus temas (la chica lleva haciendo canciones desde hace eones, y yo tenía una maquetilla que me había pasado M.) hice una adaptación de circunstancias de una cosa suya, intentando orientarla apenas interesadamente en la siempre sana dirección Chrissie Hynde (la chica tenía, y hoy con más razón, mucha más voz que la que mostraba en esa cosa de oté) orientación que mereció el aplauso de M.
De M. hay que decir que, de todos los compañeros de promoción de esa nuestra carrera, es simplemente el mejor. Era la cabeza mejor amueblada a nuestros efectos profesionales, y sin duda alguna uno de los más brillantes, si no el más, intelectualmente. Digamos que probablemente tampoco iba mal equipado de situación familiar, pero desde luego todo lo que es se lo debe a su capacidad profesional. Sólo a eso, porque su capacidad dee procurarse enemigos no conoce límites, sólo que tales enemigos no suelen osar retarle: saben que serían demoledoramente revolcados por la ironía apenas hiperdestructiva de M. M. vive tranquilo con su mujer y su hijo, hace su trabajo muy bien y sigue leyendo filosofía con la voluntad de llegar a asir La Realidad y la conciencia de que ello es imposible. Eso si, con fondo musical power pop, cosa que le honra, y haciendo tanto wind-surf como le permiten las circunstancias. Supongo que los CDs que haya grabado para la fiesta serán espectaculares.
A Mai no la volví a ver hasta que salió en la tele, y supe que mis padres la habían visto hace no mucho cantando Jazz en un restaurant muy chulo en Cadaqués. Parecía contenta, me dijeron, y me alegré.
Me tienen dicho que lo de Nena Daconte se está vendiendo muy bien (muy de circuito cuarentas y ese tipo de cosas, pero con un punto "como mejor"). Lo compré, y faltaría a mi deber crítico si no admitiese que tiene unas cuantas -no pocas- buenas cosas. Creo que canta un punto más agudo de lo que me gusta (sé que puede hacerlo más grave, tiene fuelle y modula muy bien), y creo que a su compañero de armas, un tal Kim (Joaquín, imagino) le faltan un par de hervores para producir un disco así. Por lo que colijo de los datos disponibles, ellos lo grabaron, lo mezclaron y lo produjeron y se lo llevaron a Universal que se lo compró tel-quel. Fantastisch, sin duda, en estos tiempos. Sólo que en la producción el tal Kim se ha dejado llevar por su entusiasmo por las trompas, trompetas, trombones y demás metales, cagando severamente -vid infra- algún tema con tanto soplamiento. Si los pianistas son peligrosos, los guitarristas con complejos/con favores que pagar pueden serlo mucho más. Pero bueno, aparte de eso, bien. Algunos de los temas podrían haber sido escritos por una hipotética Christina Rosenvintge -qué gran mujer- que no se hubiese juntado con Ray Lóriga, o, más bien, que no se hubiese ido a NYC -esa gran ciudad- a vivir de seguido. La continuación lógica de Días Grandes de Teresa, o de Piedras en el Corazón, o de Dani, por ejemplo. Entre otras y sobre todo, escuchad Marta. Creo que los metales de esa canción, que habla de una triste historia que conozco, son precisamente los que hacen que desconfíe del Kim ése. Yo que vosotros me hacía con el producto, sobre todo antes de destriparlo. Es bueno.
Y bueno, el sábado noche tuvimos concierto de Paul Collins, que fue absolutamente formidable. Mejor que en El Sol, de hecho, aunque sólo hubiese cien personas o así. Empezó naturalmente tarde: pudimos llegar tarde, tomar posiciones y cerveza, saludar aquí y allá, y sólo entonces salió a escena, acompañado por sus fantásticos New Beat. El batería es la caña, y Octavio -ex-Protones- es un guitarrista power pop inmejorable. Viéndole tocar (debe tener mi edad más o menos) yo me hacía la composición de lugar de lo cojonudísimo que tiene que ser que te fiche Paul Collins (que para todo powerpopero de pro es una referencia de primera) para tocar con él. Desde luego, a mí me pasa y no sé yo qué hago. Eso sí, el amigo Octavio me trata un poco mal las guitarras (la pobre Telecaster roja que utilizó junto con una Strato y una SG se llevó unas hostias tremebundas e inmerecidas contra el ampli -un VOX AC30- a la conclusión del 2º y tercer bises. Como el concierto era bastante familiar, cuando Paul Collins llamó a escena a algunas jóvenes del público, MBO no tuvo empacho alguno en subirse a bailotear, sudando debidamente la camiseta. Grande MBO. El Maestro, con muy buen sentido, ha renunciado a esa gorra inaceptable que llevaba en El Sol, y lució un craneo muy Gruppo Sportivo. Todo elegancia. Desde luego, se ganaron las habichuelas. Luego fuimos a tomar una copa a un garito próximo, donde vinieron ellos con el organizador a quien conozco y estuvimos departiendo tan ricamente. Muy bien, muy bien.
Los días de ayer y hoy han pasado laxamente, para qué negarlo. Ayer tarde algunos capítulos de Sex and the City, ver Troya por la noche con los niños (acto seguido ponían el Julio César de Manckievitz, y aunque no nos quedamos mucho, bastó para comprender que los clásicos, por los clásicos. No por Orlando Bloom ni por Brad Pitt)
.Y mañana... Mañana será otro día. Urghs.
3 comentarios:
Hans,
¡Qué sorpresa para mí también!
¡Pero pero sí eres todo un bohemio! Jajaja! ;)
Me alegro que lo disfrutáseis NYC.
Ciao!
Vaya, es que yo con eso de OT tengo unos prejuicios que no me dejan ver la realidad (menos mal). Mira que hize esfuerzos para entender todo el circo ese, pero no hay manera. Supongo que soy un rockero que sigue creyendo en que la buena musica y el buen rock nunca morirán...
yo estuve viendo un conierto de Porcupine Tree en Colonia del año pasado. Que buenos son y que bien suenan; ni OT ni leches.
un abrazo desde VLC
Pepa, soy un saco de sorpresas, jurljurljurl.
Nuria&Jose, a mí lo que me gusta es el power pop y el rock'n roll en general, y yo también tengo todos los prejuicios (y los juicios bien fundados ;-D) acerca de ese programa nauseabundo, pero, precisamente por eso, cuanto esto aquí: porque hay UN caso en que me consta que la cosa no es así. El de Isabel. Pero vamos, es opinable. Echadle una escuchada al disco, anyway.
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