El martes, 25, después de tan grato bridged-week end me levanté, me duché, me afeité, me puse un traje azul y una corbata roja con caballinos rampantes azules, me pasé -antes de seguir ruta- por una de mis dependencias a comentar un asunto a medio resolver, y cuando me levanté del muy moderno y muy estético confidente-azul-y-transparente en que estaba sentado comprobé que empezaba el mismo dolor que me partió en dos en NYC, sólo que, esta vez, en versión corregida, aumentada y acelerada: lo que en NYC había sido un proceso de sufrimiento creciente de como tres horas de duración entre el inicio de la molestia y el apogeo doloroso fue aquí un latigazo fulgurante y horrible que hizo que cogiese directamente un taxi y me fuese a Urgencias donde el Facultativo, por este orden, me inyectó un chute de no-sé-qué y me dijo -literalmente- que pidiese hora en el especialista de Digestivo. Si: Digestivo.
En ese momento de mi segundo episodio de espasmo muscular, mi conciencia no pudo reaccionar demasiado habida cuenta la batalla que se libraba entre vahos de droga y nubes de dolor, que pujaban inter se. No pudo reaccionar, como digo, y el Dotó evitó así que le espetase algo del tipo "pero... ¿está V. gilipollas, o qué?
Volví a casa, verifiqué el proceso inverso: me quité el traje azul y la corbata roja etecé, me tumbé de nuevo en la cama, me tome cuarto y mitad de cyclobenzaprine y de acetaminophen/codeine... y esperé a que el dolor horrible remitiese. Y cuando así fue, llamé a uno de mis médicos de confianza que me confirmaron la intuición que -junto con la conciencia ya menos dolorida- había ganado terreno: no por ser Doctor quién la profirió, era menor la chorrada digestiva.
Ayer por la tarde visité (o, empleando el modismo clásico, me visité) con mi médico de cabecera que protegió en parte a su colega de urgencias, pero acabó dándole la razón a su otro colega (mi ya citado médico de confianza) y aún a mí mismo en cuanto a la naturaleza de "Parida de Grado I" del aserto del médico urgente de constante mención.
En cuando a la esencia de mis males, que nada: una neuralgia vulgaris que no merece siquiera resonancia ni visitar(me) al(con) el neurólogo. No las tengo conmigo del todo, pero en fin, ellos sabrán. Yo sigo tomándome mis pastillitas. Ciertamente, ya no me duele tan apenas, pero...
Como el tiempo pasa demasiado veloz, y tengo demasiadas cosas que hacer (y eso que puedo agradecer que esta semana no era demasiado abyecta), hoy me he levantado para trabajar. En fin. Sólo me queda canturrear: "Y ahora estoy/aquí sentado/jurando en swahili/y bien fastidiado/junto a mi pecé/y un montón de papel..."*
____
* Póngasele soniquete de Cadillac Solitario. Se la dedico a Quic y a Cranston, que a lo mejor me están leyendo. Ay, qué dolor.
En ese momento de mi segundo episodio de espasmo muscular, mi conciencia no pudo reaccionar demasiado habida cuenta la batalla que se libraba entre vahos de droga y nubes de dolor, que pujaban inter se. No pudo reaccionar, como digo, y el Dotó evitó así que le espetase algo del tipo "pero... ¿está V. gilipollas, o qué?
Volví a casa, verifiqué el proceso inverso: me quité el traje azul y la corbata roja etecé, me tumbé de nuevo en la cama, me tome cuarto y mitad de cyclobenzaprine y de acetaminophen/codeine... y esperé a que el dolor horrible remitiese. Y cuando así fue, llamé a uno de mis médicos de confianza que me confirmaron la intuición que -junto con la conciencia ya menos dolorida- había ganado terreno: no por ser Doctor quién la profirió, era menor la chorrada digestiva.
Ayer por la tarde visité (o, empleando el modismo clásico, me visité) con mi médico de cabecera que protegió en parte a su colega de urgencias, pero acabó dándole la razón a su otro colega (mi ya citado médico de confianza) y aún a mí mismo en cuanto a la naturaleza de "Parida de Grado I" del aserto del médico urgente de constante mención.
En cuando a la esencia de mis males, que nada: una neuralgia vulgaris que no merece siquiera resonancia ni visitar(me) al(con) el neurólogo. No las tengo conmigo del todo, pero en fin, ellos sabrán. Yo sigo tomándome mis pastillitas. Ciertamente, ya no me duele tan apenas, pero...
Como el tiempo pasa demasiado veloz, y tengo demasiadas cosas que hacer (y eso que puedo agradecer que esta semana no era demasiado abyecta), hoy me he levantado para trabajar. En fin. Sólo me queda canturrear: "Y ahora estoy/aquí sentado/jurando en swahili/y bien fastidiado/junto a mi pecé/y un montón de papel..."*
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* Póngasele soniquete de Cadillac Solitario. Se la dedico a Quic y a Cranston, que a lo mejor me están leyendo. Ay, qué dolor.
9 comentarios:
¿Pero lo de NYC no fue pelín más abajo?
Besos!
Muy cachonda esa dedicatoria final "cadillac solitario". Me temo que, si Quic no ha contestado, es que no ha leído el blog todavía (apostaría a que está en cierta ciudad europea, by the way).
Querida Awake, he ahí la raíz de la afirmación de que el Dotó era -por simplificar- manifiestamente gilipollas: cuando sufre un espasmo muscular en la masa muscular del trasero... ¿qué coño tiene que ver el aparato digestivo?
Dilecto WBush, esperaremos noticias de Quic. Entre tanto, reconocerás que la adaptación de circusntancias está, al menos silábicamente, bien traida ;-D.
Leído Hans: me atrevo a hacer el primer comment en tu blog para desearte una pronta recuperación. No sé si será parecido, pero yo a veces tengo ataques de ciática y es horrible. Cler
(Nota para Arbusto: en qué ciudad europea está Quic? ¿no será en la mía y el muy cerdo no me ha dicho nada?)
Wilkomen, Cler, a este su blog, y gracias mil por sus deseos recuperaticios. Y ¿cúal es su ciudad de V., btw?
Médicos... Conozco a muchos, incluso eminencias, algunos me caen muy bien, pero cuando alguien me pide que le recomiende a uno me echo a temblar. No me pondría en manos de ninguno. Tienen un estrés encima brutal, pero creo que a todos nos sorprendería hasta qué punto se mofan del paciente e imitan burdamente el lado "malo" de House. A lo mejor el tipo de Urgencias le quería gastar una bromita a su coleguilla el de digestivo o algo. Si no, no lo entiendo.
El resultado, un Hans postrado. Esperemos que pronto vuelvas a estar en plena forma.
Faltan datos, pero eso parece una ciática vulgaris, corasón.
No pases muchas horas al volante, o te pondrás fatal.
Besotes.
Hans,
Sí, he estado rodeada de médicos siempre y es de terrorrrrrrr!! By the way, no sabía que estuvieses así de viejo ja ja ja
Un beso muy fuerte y sigue blogueando... ya he leído que el concierto de los secretos lo querías de pie... pero si acabas de salir de un ataque de ciática, no???? Kamikaze!!
Ciao!!
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