Madre de Dios, cuántos días sin actualizar. Qué desastre. Entre los lamentos de algunas por su spleen vital, la vagancia de otros que piratean blogs ajenos en busca de inspiración (aunque el que esté libre de pecado que tire la primera piedra) y luego que otros nos pegamos sin actualizar casi una semana, la blogosfera está adormecida cual oso hibernado. A ver si va a ser eso, que nos ponemos flojos en lo más frío del frío invierno.
Voyons: cronología. Lo último que os contaba es que el pasado jueves había estado en Madrid jugando a cosas importantes, previa tarde/noche artístico-gastronómico-martínica.
El propio jueves noche regresé directamente a ZAZ para ir a un concierto de Tony Sheridan que había en la Casa del Loco (entrada, 15 EUR). Si, si: Tony Sheridan, a quien acompañaron los Beatles en 1960, antes de ser famosos. Un excelente guitarrista de rock'n roll y rythm'n blues, a quien teloneó mi amigo Iñaki y sus Green Apples de quienes ya he hablado aquí. Iñaki me contaba que Tony le había dicho "Si, bueno, en aquellos tiempos la verdad es que los chicos (sic) tocaban muy poco, sólo George era algo mejor". En fin. Un MUY BUEN concierto, una hora de versiones de los Fab Four, otra hora de versiones sobre todo de rock'n roll. La banda que acompañaba a Tony Sheridan parecía formada por los protagonistas de la Pequeña Tienda de los Horrores: un bajista que parecía Iggy Pop, un guitarra acústica de unos 70 años y 120 kilos de peso, un teclas que parecía el lider de los Kiss, un guitarra eléctrica modelo "guitarrista-barcelonés-de-Jazz-no me muevo-ni-aunque-me-hostien" (por cierto con una Gibson de caja preciosa). Pero bueno, muy bien. MBO se lo pasó como los chinos y yo también.
Pues bien, llegó el viernes: tras del curro, el plan para el güiken (largo güiken en Zaragotham: el lunes era fiesta) era irse a esquiar; más propiamente se puede emplear la expresión tradicional de mi infancia: “Nos vamos a la nieve”. Y ¡vaya si nos fuimos a la nieve!.
Viernes 27/01/06, 16.00: Como primera providencia, voy a recoger el coche grande que tengo aparcado un poco lejos de casa con el Audi y unas pinzas. MBO ha descubierto por la mañana que el muy cabrón se ha quedado sin batería, haciendo, de ese modo, que se vaya a Sodoma nuestro cronograma perfecto en el que se incluía una referencia a “ir a recoger a la progenie al colegio a las 17.15 con el auto ya cargadito con todas las cosas para llegar al punto de destino (Benasque) no más tarde de las 20.00”.
17.15: He conseguido poner la voiture en marcha. Voy al cole a por la progenie. Voy a Feu Vert a comprar una batería (inmensa, parece la de un submarino). Entre que empieza a sustituirla UPFm y UPFM miran al del taller a través del agujero del reposabrazos del respaldo del asiento y le hacen muecas. El mecánico se descojona, y casi cambia la polaridad de la batería.
18.15: Me como tooooooooooodo el atasco del centro de Zaragotham regresando a casa, tooooooooodo Dios se va de puente.
18.45: Llego a casa, meto esa especie de portaaviones plateado al garaje –infame- que habitualmente ocupa nuestro recoleto A3 y reenvio a la progenie y a MBO al hogar hasta tanto haya conseguido ajustar –gran jugador de Tetris que fue uno- el equipaje necesario para que cinco elementos esquíen tres días. Una vez más, lo consigo, con el valor añadido de que no hay bronca familiar.
19.15: Con dos horas sobre el horario previsto y un principio de úlcera sangrante (ni una palabra más alta que otra por mi parte, insisto: mucho contención externa, pero mucha mala hostia) iniciamos ruta.
22.00: Llegamos a Benasque. Como quiera que Dios es bueno, aterrizamos en la bella villa justo antes de que empiece a nevar. Nos vamos a cenar a La Llardana (retened el nombre por si vais: es un restaurante ubicado en un alto por encima de Benasque, con unas vistas de una belleza casi dolorosa, donde se come fantásticamente bien, a un precio civilizado). Para llegar a él, por supuesto, nos perdemos (se va por un “caminito que el tiempo ha borrado”).
24.00: A momí. Veo por la ventana que empieza a nevar. Mucho. Leo algo de un panfletillo indigno de mí –la verdad- tipo Bridget Jones, que se llama “Sushi para principiantes”. No me molestaré en comentarlo aquí.
Sábado, 28/01/06: Toda la noche ha nevado. Sigue nevando. Tiempo espantoso. Coche enterrado. Perdón, innivado. La progenie, feliz, se ducha, desayuna a todo gas y procede a bañarse de nuevo mediante agua ligeramente solidificada. Resolvemos no subir a las pistas, el cielo augura un día muy duro, y la nevada va in crescendo. A cambio, por hacer algo, nos vamos dando un paseo a Anciles, un pueblo cercano, a comer [formidablemente. Adoro la gastronomía del Valle de Benasque: calidad y cantidad a precios contenidos. Ayer, a mediodía, MBO y yo comimos en “El Botín del Corregidor” en Zaragotham caro y mal y evocábamos los lugares donde hemos comido y cenado en Benasque; y es que en Zaragotham eso (lo de caro-y-malo) pasa demasiadas veces, qué lástima]. Regresamos. Sigue nevando. Monto las cadenas porque la cosa se está poniendo chunga. Por lo demás, tarde tranquila, lectura y relax.
Domingo, 29/01/06: Definitivamente, hemos “venido a la nieve”, no a esquiar. Cerler está cerrado, dado que sigue nevando (jamás he visto copos más gordos). Mi coche no existe: hay un montón de nieve de metro y medio del altura por cinco de largo y uno setenta y cinco -o así- de ancho, rodeado por montones análogos. Hay máquinas quitanieves pequeñas, medianas y grandes por todas partes. Mis hijos proceden a la doble ducha ya mencionada, pero es como el mito de Sísifo: quitan toneladas de nieve de mi coche (que se arrojan los unos a los otros) mientras el coche se vuelve a cubrir, pues sigue nevando. MBO y yo vagueamos en la cama mientras tanto. Finalmente, después de comer, cesa la nevada. Sale un tímido solecillo. Alquilamos raquetas y nos vamos los cinco de paseo. Hace días que no nos reímos tanto rato y tan seguido mis tres hijos y nosotros dos, haciendo el gamberro en la nieve; con más de un metro de profundidad por todas partes, chapuzarse de nieve blanca, limpísima, tirarse en plancha sobre ella, es un placer. Regresamos al hotel, donde me pego como hora y media desenterrando (desennivando, perdón) el coche y quitando los montones de nieve que una quitanieves ha dejado en derredor del mismo para poder salir mañana. Lo logro. Qué paliza. A cinco grados bajo cero estoy sudando como si estuviese en el Serengueti (o como demonios se escriba). ¿Agujetas? No, pero no lo puedo comprender. Misterios de la ciencia y la humana resistencia.
Lunes, 30/01/06: El cielo de Cerler está semicubierto, y la estación sólo está abierta en un 50%: no han podido disparar los cañones para precipitar los aludes, no han podido pisar tantísima nieve, pero es delicioso volver a esquiar después de un año 2005 en blanco (paradójicamente). Esquío un rato con mis hijos mayores, MBO se encarga de UPFm, y finalmente les dejamos con sendos monitores. MBO y yo recorremos todo lo que está abierto de la estación, gozando como enanos de las palas buenas (la nieve es buena y abundante, pero está peligrosa en algunas zonas, curiosamente). A las 16.30 lo dejamos y empezamos a bajar esquiando al parking. Dos tabloneros hijos de puta, descontrolados y torpes, bajan a toda velocidad “El Molino”, y el segundo de ellos se lleva por delante a UPFm. Casi le mato. No exagero, les perseguí a toda velocidad y cuando les alcance ví en el rostro de los dos, jóvenes y orgullosos a priori, la cara de terror cuando vieron mi gesto. No estoy orgulloso de ello para nada, pero desde luego hay pulsiones humanas no controlables. Tales como las que derivan de una agresión a un hijo.
Me encanta esquiar. No me importa demasiado la panoja, pero si por algo me gustaría tener MUCHÍSIMA sería por poder estar entre el 15/12 y el 30/03 (al menos) missing, dedicado en cuerpo y alma a ello y a nada más.
Voyons: cronología. Lo último que os contaba es que el pasado jueves había estado en Madrid jugando a cosas importantes, previa tarde/noche artístico-gastronómico-martínica.
El propio jueves noche regresé directamente a ZAZ para ir a un concierto de Tony Sheridan que había en la Casa del Loco (entrada, 15 EUR). Si, si: Tony Sheridan, a quien acompañaron los Beatles en 1960, antes de ser famosos. Un excelente guitarrista de rock'n roll y rythm'n blues, a quien teloneó mi amigo Iñaki y sus Green Apples de quienes ya he hablado aquí. Iñaki me contaba que Tony le había dicho "Si, bueno, en aquellos tiempos la verdad es que los chicos (sic) tocaban muy poco, sólo George era algo mejor". En fin. Un MUY BUEN concierto, una hora de versiones de los Fab Four, otra hora de versiones sobre todo de rock'n roll. La banda que acompañaba a Tony Sheridan parecía formada por los protagonistas de la Pequeña Tienda de los Horrores: un bajista que parecía Iggy Pop, un guitarra acústica de unos 70 años y 120 kilos de peso, un teclas que parecía el lider de los Kiss, un guitarra eléctrica modelo "guitarrista-barcelonés-de-Jazz-no me muevo-ni-aunque-me-hostien" (por cierto con una Gibson de caja preciosa). Pero bueno, muy bien. MBO se lo pasó como los chinos y yo también.
Pues bien, llegó el viernes: tras del curro, el plan para el güiken (largo güiken en Zaragotham: el lunes era fiesta) era irse a esquiar; más propiamente se puede emplear la expresión tradicional de mi infancia: “Nos vamos a la nieve”. Y ¡vaya si nos fuimos a la nieve!.
Viernes 27/01/06, 16.00: Como primera providencia, voy a recoger el coche grande que tengo aparcado un poco lejos de casa con el Audi y unas pinzas. MBO ha descubierto por la mañana que el muy cabrón se ha quedado sin batería, haciendo, de ese modo, que se vaya a Sodoma nuestro cronograma perfecto en el que se incluía una referencia a “ir a recoger a la progenie al colegio a las 17.15 con el auto ya cargadito con todas las cosas para llegar al punto de destino (Benasque) no más tarde de las 20.00”.
17.15: He conseguido poner la voiture en marcha. Voy al cole a por la progenie. Voy a Feu Vert a comprar una batería (inmensa, parece la de un submarino). Entre que empieza a sustituirla UPFm y UPFM miran al del taller a través del agujero del reposabrazos del respaldo del asiento y le hacen muecas. El mecánico se descojona, y casi cambia la polaridad de la batería.
18.15: Me como tooooooooooodo el atasco del centro de Zaragotham regresando a casa, tooooooooodo Dios se va de puente.
18.45: Llego a casa, meto esa especie de portaaviones plateado al garaje –infame- que habitualmente ocupa nuestro recoleto A3 y reenvio a la progenie y a MBO al hogar hasta tanto haya conseguido ajustar –gran jugador de Tetris que fue uno- el equipaje necesario para que cinco elementos esquíen tres días. Una vez más, lo consigo, con el valor añadido de que no hay bronca familiar.
19.15: Con dos horas sobre el horario previsto y un principio de úlcera sangrante (ni una palabra más alta que otra por mi parte, insisto: mucho contención externa, pero mucha mala hostia) iniciamos ruta.
22.00: Llegamos a Benasque. Como quiera que Dios es bueno, aterrizamos en la bella villa justo antes de que empiece a nevar. Nos vamos a cenar a La Llardana (retened el nombre por si vais: es un restaurante ubicado en un alto por encima de Benasque, con unas vistas de una belleza casi dolorosa, donde se come fantásticamente bien, a un precio civilizado). Para llegar a él, por supuesto, nos perdemos (se va por un “caminito que el tiempo ha borrado”).
24.00: A momí. Veo por la ventana que empieza a nevar. Mucho. Leo algo de un panfletillo indigno de mí –la verdad- tipo Bridget Jones, que se llama “Sushi para principiantes”. No me molestaré en comentarlo aquí.
Sábado, 28/01/06: Toda la noche ha nevado. Sigue nevando. Tiempo espantoso. Coche enterrado. Perdón, innivado. La progenie, feliz, se ducha, desayuna a todo gas y procede a bañarse de nuevo mediante agua ligeramente solidificada. Resolvemos no subir a las pistas, el cielo augura un día muy duro, y la nevada va in crescendo. A cambio, por hacer algo, nos vamos dando un paseo a Anciles, un pueblo cercano, a comer [formidablemente. Adoro la gastronomía del Valle de Benasque: calidad y cantidad a precios contenidos. Ayer, a mediodía, MBO y yo comimos en “El Botín del Corregidor” en Zaragotham caro y mal y evocábamos los lugares donde hemos comido y cenado en Benasque; y es que en Zaragotham eso (lo de caro-y-malo) pasa demasiadas veces, qué lástima]. Regresamos. Sigue nevando. Monto las cadenas porque la cosa se está poniendo chunga. Por lo demás, tarde tranquila, lectura y relax.
Domingo, 29/01/06: Definitivamente, hemos “venido a la nieve”, no a esquiar. Cerler está cerrado, dado que sigue nevando (jamás he visto copos más gordos). Mi coche no existe: hay un montón de nieve de metro y medio del altura por cinco de largo y uno setenta y cinco -o así- de ancho, rodeado por montones análogos. Hay máquinas quitanieves pequeñas, medianas y grandes por todas partes. Mis hijos proceden a la doble ducha ya mencionada, pero es como el mito de Sísifo: quitan toneladas de nieve de mi coche (que se arrojan los unos a los otros) mientras el coche se vuelve a cubrir, pues sigue nevando. MBO y yo vagueamos en la cama mientras tanto. Finalmente, después de comer, cesa la nevada. Sale un tímido solecillo. Alquilamos raquetas y nos vamos los cinco de paseo. Hace días que no nos reímos tanto rato y tan seguido mis tres hijos y nosotros dos, haciendo el gamberro en la nieve; con más de un metro de profundidad por todas partes, chapuzarse de nieve blanca, limpísima, tirarse en plancha sobre ella, es un placer. Regresamos al hotel, donde me pego como hora y media desenterrando (desennivando, perdón) el coche y quitando los montones de nieve que una quitanieves ha dejado en derredor del mismo para poder salir mañana. Lo logro. Qué paliza. A cinco grados bajo cero estoy sudando como si estuviese en el Serengueti (o como demonios se escriba). ¿Agujetas? No, pero no lo puedo comprender. Misterios de la ciencia y la humana resistencia.
Lunes, 30/01/06: El cielo de Cerler está semicubierto, y la estación sólo está abierta en un 50%: no han podido disparar los cañones para precipitar los aludes, no han podido pisar tantísima nieve, pero es delicioso volver a esquiar después de un año 2005 en blanco (paradójicamente). Esquío un rato con mis hijos mayores, MBO se encarga de UPFm, y finalmente les dejamos con sendos monitores. MBO y yo recorremos todo lo que está abierto de la estación, gozando como enanos de las palas buenas (la nieve es buena y abundante, pero está peligrosa en algunas zonas, curiosamente). A las 16.30 lo dejamos y empezamos a bajar esquiando al parking. Dos tabloneros hijos de puta, descontrolados y torpes, bajan a toda velocidad “El Molino”, y el segundo de ellos se lleva por delante a UPFm. Casi le mato. No exagero, les perseguí a toda velocidad y cuando les alcance ví en el rostro de los dos, jóvenes y orgullosos a priori, la cara de terror cuando vieron mi gesto. No estoy orgulloso de ello para nada, pero desde luego hay pulsiones humanas no controlables. Tales como las que derivan de una agresión a un hijo.
Me encanta esquiar. No me importa demasiado la panoja, pero si por algo me gustaría tener MUCHÍSIMA sería por poder estar entre el 15/12 y el 30/03 (al menos) missing, dedicado en cuerpo y alma a ello y a nada más.
13 comentarios:
Muerte a los fikis con tabla!!!
No sé cuando lo haré pero un año me pasaré tres meses retirado en una estación dedicado al esquí y a la meditación.
Muerte, e-jay, muerte. No sabes lo cerca que estuvo el niñato de sufrir lesiones de verdad. Insisto, o alguien les civiliza, o vamos mal (e insisto, no estoy orgulloso del asunto).
Y, de veras: si yo tuviese vuestra edad, antes de tener obligaciones "gordas", me pedía una excedencia y me iba a una estación durante toda la temporada. Al menos una vez en la vida.
Me ha dado mucha envidia tu fin de semana. Yo me lo pasé haciendo pseudobricolaje en mi nueva casa y no está mal: le pongo un 6,5, pero el tuyo se merece un 9.
Me encantaría que me encantara esquiar. Lo he intentado porque a D. le gusta mucho. Pero nada: hostias y más hostias, lágrimas y contusiones. En el puente de diciembre estuve en Andorra y juro que me rompí los cuernos yo sola, con amigos, con monitor... los resultados no fueron muy boyantes, pero reconozco que la nieve tiene algo.
Una cosa: no dudo de que los niñatos de las tablas fueran subnormales, pero en su descargo diré que yo también me llevé por delante a una persona (adulta) y fue totalmente involuntario.
Sue, fue un finde muy tranquilito y agradable.
Por lo que respecta a lo otro que dices, el esquí tiene un riesgo que uno asume cuando esquía, y dentro de ese riesgo está que un/a esquiador/a inexperto/a se te lleve por delante. Pero eso no os es imputable a los inexpertos. El problema son los cretinos que van A TODA HOSTIA sin tener ni pajolera idea, haciendo como que "Qué bien, cómo controlo, cómo molo". Podría explicarte alguna cosa acerca de accidentes con resultado de muerte o de lesiones gravísimas por culpa de esa chusma gaseable, compuesta en un 90% de tabloneros criajos y no tan criajos. No de esquiadores noveles (cuyo aprendizaje debemos respetar quienes controlamos algo más).
Qué bricolaje estuviste haciendo? :D.
Sí, tienes razón, yo también tenía terror a esos capullos con tablas cuando fui a esquiar. Espero que la próxima vez sea mejor, creo que mis amigos están planeando otra excursión blanca y yo aún no sé si fingir una colitis ulcerosa o echarle valor y volver a intentarlo.
El bricolaje fue variado, aunque dada mi torpeza innata, mi labor principal consistió en bajar a la tienda a comprar cervezas :P
Surferos, pista propia!
Surferos, pista propia!
Surferos, pista propia!
Surferos, pista propia!
Surferos, pista propia!
Surferos, pista propia!
Surferos, pista propia!
Surferos, pista propia!
(yo también los ODIO).
(por chulos)(por desconsiderdos) (porque se llevan toda la nieve y te dejan las palas peladitas y prensadas para que te mates)(porque llevan los pantalones caidos hasta la rodilla)(porque solo oirlos derrapar por encima de tu cabeza aterra)(y....).
yo no esquio, yo no piso la nieve, pero me uno en vuestro odio a los tabloneros. tampoco hago surf y odio a los surferos. para todo lo que sea odiar a gentes 'guays' y con rastas, contad conmigo.
¿Y al final cómo fue que te calmaste?
Besos!
Pues menos mal que no hay test de esquí en internet... porque acabo de hacer el de geek test y el resultado sería el mismo que para el ski: USELESS!!! Pero me encanta subir a esquiar mal y a tirarme mal y efectivamente, como malísima esquiadora que soy, me dan PAVOR los surferos y tradicionales esquiadores kamikazes...
Exagerada, tal vez es que no esquías, y eso hace que no se entienda muy bien tanta rabia.
_R_, a mi cómo vaya la gente (siempre que vaya limpia, ver mi nueva entrada ;-D) no me afecta demasiado (aunque también me desagradan las rastas y medioculo masculino al aire). Cada cual se suicida como quiere. El problema es que son peligrosos. Mucho. De ahí lo que tan acertadamente -como siempre- dice Xurri.
Awake: OMMMMMMMMMMMMMMMM. No está en mi naturaleza ser violento ni agresivo. Fue una salida de tono general, un salto reptidiano o algo así. Cuando me secundaricé adecuadamente, todo pasó.
Pepa, si tú como geek das "useless", yo daría "Go-to-gas-and-forget-computers-forever"
Hi people
I do not know what to give for Christmas of the to friends, advise something ....
Hello. Good day
Who listens to what music?
I Love songs Justin Timberlake and Paris Hilton
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