04 septiembre, 2005

Causalidades y casualidades.

Hace muchos años escribí una especie de programa de actuaciones para lo que ahora se llamaría un "colectivo. Supongo que podría colgarlo hoy, si encontrase aún algún ejemplar de aquello. Pero recuerdo que una de las entradas era "Casualidades del 27/Causalidades del 27". Tal vez algún día desarrolle algo de eso aquí...

... Hoy, simplemente, quiero despedir el día y el W.-E. con la idea de que los rumbos de nuestra vida (¿acaso no es esto un libro de bitácora?) son señalados, la mayor parte de las veces, por una pura casualidad. Por una mirada en un semáforo. Por una llamada de teléfono no atendida personalmente. Por un vacío creado por un tercero sobre quien no has podido ejercer ninguna influencia. Y eso vale para lo estrictamente personal, para lo profesional...

Desde ese punto de vista, estoy razonablemente satisfecho con mi visión básicamente optimista, a la vez que -sirva la palabra, aunque no es la óptima: estoy cansado para pensar en otra más "exacta"- conformado. Aunque desde luego tengo claro que en mi situación es fácil ser conformado. No debe serlo tanto siendo un pingüino emperador.

Buenas noches.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los pingüinos tiene un propósito tan claro que no pueden conformarse o disconformarse. Incuban y basta. Pura perpetuidad de si mismos.
Menos mal que alguien se lo lee...

K dijo...

Las casualidades hacen cosquillas, cuando son gratas.
Conformarse es confortable.
Ser optimista es de agradecer.