09 abril, 2007

Hrvatska (¿lo cualo?)

Bien. Tengo otra entrada en sazón sepultada en el disco duro de otro ordenador, de manera que se va a producir una pequeña desincronización entre los contenidos de la realidad (¿?) y su descripción en ‘Noticias desde Vladivostok’. Qu’est-ce qu’on va le faire.

Le contaba el otro día a una muy querida blogger que MBO y yo íbamos a pasar las vacaciones en Dubrovnik acompañados por un (1) director general y catorce (14) miembros de cierto consejo de administración junto con las respectivas esposas de todos ellos. La referida amiga escalofrió parcialmente. Ego dixit aquello de que hay cosas que van con el cargo, pero lo cierto y verdad es que ni me parecía mal antes, ni tampoco a posteriori. Cinco días comodísimos y agradables: es todo lo que hay que decir al respecto.


Como todos sabéis, Dubrovnik es una preciosa ciudad amurallada situada en la costa del Adriático en el extremo sur de la República de Croacia, que es un estado de los que formaron parte de la Ex – República Federativa de Yugoeslavia, de cuya Federación se independizó en veinticinco de junio de 1991.

Dubrovnik está en Dalmacia, lo cual hace que las camisetas turísticas luzcan perrillos de esos blancos y negros en abundancia: UPFm lo celebró mucho.

Lo de la historia de Croacia daría bastante juego -como en general la historia de los Balcanes, si se pone uno a pensarlo- para clavaros aquí unas cuantas chapas de medianas dimensiones pues hay un poco de todo: perfidia turca abundante, anexión por el K. ü. K. durante cuarenta añitos o así hasta 1918, periodo de entreguerras movidillo no exento de creación de partido ultraderechista y racista; intervención en la segunda guerra mundial que deja a los nazis a la altura del betún en brutalidad, sólo comparable a aquélla de la que harán gala en todo momento sus vecinos los servios, aunque estos últimos dotados, más bien, de banderitas rojas con hoces y martillos par tout. En fin, todo paz y amor: la Ex – Yugoeslavia (Eslovenia, Croacia, Bosnia Herzegovina, Serbia, Montenegro y Macedonia) es lo que podríamos llamar el perfecto semillero para hondonadas y hondonadas de hostias.

Viajé por primera vez a la Ex Yugoeslavia en 1986, y ya se percibía una cierta tensión. Tito había fallecido en 1980 y se habían inventado un turno rotatorio entre los Presidentes de las repúblicas federadas para ostentar la Presidencia de la Federación. Muy innovador, pero escasamente seguro y nada estable. En 1990, diplomáticos de alto rango señalaron en mi presencia su muy profunda preocupación sobre la situación en la zona. Durante el curso siguiente hube de explicar la cosa a mis alumnos; en rigor, explicar estas cosas que os he dicho y tratar de describir las que pasaron a lo largo de la primera parte de las guerras de la Ex – Yugoslavia. La de Dios, lo aseguro.

El guía que nos ha atendido estos cinco días: todo un profesional; excelente, culto e informado; ameno y atento. Arquitecto por formación, lleva mucho tiempo dedicándose al turismo, la industria nacional que genera el 22% del PIB y está llamado a sustentar la economía nacional croata.

... Ah, sí: olvidaba señalar que dicho guía, croata él, ha sido tanquista voluntario durante tres años y nueve meses; dos de sus hijos nacieron en un bunker mientras los serbios bombardeaban Dubrovnik, ciudad que entre otras cosas se caracteriza por no mantener ni un solo tejado original (a pesar de la Resolución de ONU al respecto). Nos ha enseñado las fotos de sus tanques (incluido un T-34 que empleó en algún momento y que no sé de dónde coño habrían sacado, como no fuese de un museo), de su Kalashnikov, de su Mágnum y de los chicos que cayeron a su lado.

El tipo es amable: un fantástico guía. Naturalmente, ha explicado lo que sucedió en Croacia, lo que hicieron los serbios, lo que hicieron los montenegrinos apoyando a Serbia. Perdón, matizaré: ha descrito lo que pensaba un tipo que conducía un M-84 (reflexionen Vdes. acerca de lo que puede hacer un artefacto de 44 toneladas con un cañoncito de 125 mm.) defendiendo Croacia de la agresión serbia (sic) y gestionando la situación (ejem) en Bosnia. Percibí un sincero aprecio por Milosevic y Karadjik en su voz, sí.

La verdad, espero que todos en la zona se pongan a ganar dinero como posesos, con rapidez. Admito que es triste pensar que la pasta puede resolver odios inmemoriales como estos; lo que sucede es que esta generación no podrá olvidar nada: como mucho, perdonar; entre tanto, lo cierto es que si hay tensiones económicas en la zona, desempleo o inflación, no quepa duda que todo saltará otra vez por los aires: los serbios volverán a berrear por lo de su salida al mar (por simplificar, Croacia es un país bastante más organizado, más europeo, más centrado… que Serbia –activador del detonante de la Primera Guerra Mundial (aunque desde luego no responsables de la misma), vía de entrada de los soviéticos en su momento, mucho más eslava- Bosnia –con importantes mayorías musulmanas- o Kosovo –siempre digo que la primera vez que estuve en Turquía fue en Pec- ) y se montará la mundial. La adhesión a la UE también resolverá problemas muy probablemente. Esperemos.

Bueno, a lo que iba: Croacia es un bonito país (como también Montenegro, que yo no conocía del viaje anterior), y Dubrovnik tiene todo el encanto de una ciudad pequeñita con un si es no es veneciano, adobado con algo de cité francesa y un perfil parecido a la Costa Brava. Los vinos son perfectamente prescindibles. Han cometido el error de pasarse a la nefanda costumbre de servir los combinados midiendo el licor a servir con un vasito milimetrado. Y, conscientes de la inmanejabilidad de su idioma (no hay Dios que entienda NADA en croata), decidieron que, mejor que Hrvatska, iban a llamarse Croacia. Y es que pronunciar aquello bebiendo Slivovica es muy jodido.


Eso, que os lo recomiendo. Como también dos de mis últimas lecturas, despachadas en rápida sucesión y suministradoras de notabilísimo placer a éste su anfitrión, ambas del mismo autor, nada novedoso: fijo que todos conocéis a Alessandro BARICCO. Seda es material algo añejo, publicada en 1996 y aplaudida por toda la crítica con gran alharaca. Fue la segunda de las que leí en esta pasada semana. Es una obra brevísima, ligera, exquisita, que, rozando la cosa oriental -que tanto juego da a la sutileza aparente- entremezcla una historia de amor, otra de supervivencia (colectiva e individual. E incluso de insecto), otra de pasión encoñada y fútil. Hermosa la anécdota, genial el desarrollo. No se priven, de veras, aunque lo realmente genial, imponente, fantástico, luminoso y 'enganchante' ha sido el otro BARICCO que me he echado al coleto con ansia. Puedo decir que en lo que va de año ha sido LO MEJOR que he leido, y que hace bastante que no leía prosa tan brillante: Esta historia Lo relatado ha de ser forzosamente interesante para alguien como yo: el sueño del protagonista (¿?) se circunscribe a un circuito de carreras a partir de un sueño paterno de automóviles y velocidad, sobre un fondo no expresamente mencionado perfectamente marinettiano: coches de carreras, primera guerra mundial: struggle for life versión italiano-austrohúngara (vid supra). Años veinte en los Estados Unidos. Un xk120 plateado con número 111. Todo eso, sin embargo, es muy subjetivo: lo realmente excelente es el manejo del lenguaje. Se ha editado a mediados de Marzo de 2007. No dirán Vdes. que en Vladivostok no se les informa a la mayor brevedad de las novedades editoriales. En este caso, además, insisto: háganse Vdes. con él. Es GRANDE.
Señalaré que metí a la maleta material menos fantasioso: un brevísimo opúsculo llamado Siete ensayos sobre Walter Benjamin, debido a una ígnota Beatriz SARLO, que no analizaré aquí, pero cuya síntesis podéis encontrar aquí, por que me ha interesado mucho -pues muy interesante es WB- pero ya me está quedando un poco largo. Así que lo dejo por hoy.

10 comentarios:

Casta dijo...

Fui a Yugoslavia cuando era muy jovencita y recuerdo (a parte de lo altísimos y guapísimos que eran los croatas) lo mucho que me gusó Dubrovnik, sentí mucho cuando la bombardearon, igual que el puente de Mostar o la biblioteca de Sarajevo... tengo la cuenta pendiente de volver pero me da demasiado miendo ver lo que hicieron

Hans dijo...

Casta: Dubrovnik está practicamente reconstruído en su integridad. Lo de Mostar es más jodido: aunque se han recontruído muchas cosas (el Puente está demasiado 'limpio'para lo que era), sigue estando muy tocado. Hay, de hecho, un cementerio musulmán en medio de la ciudad. No he vuelto a Sarajevo, pero lo haré.

Cayetana Altovoltaje dijo...

Tengo a Croacia desde hace tiempo en mi lista de sitios a visitar. Cómo me gusta que hables de Baricco. Me encantaron Seda y Océano Mar (sobre todo esta última). City me gustó mucho menos, y el que tú mencionas no lo he leído, así que me lo apunto. A Beatriz Sarlo, jatetú, la conocí en persona (me dio clase en un curso).
Saludos

pcbcarp dijo...

Denso articulillo, a fe mía. La Historia de los Balcanes es muy edificante. Lo grave es que todavía se resiste a limitarse a ser Historia. Y lo veremos en breve. Saludos (y, por dios bendito, no me halagues tanto, que soy muy pudoroso)

Ángel dijo...

Mucho me temo que, mientras no se olvide, no habrá perdón. Y para eso hacen falta varias generaciones. Me da pena no haber ido antes de la guerra.

De Baricco ando como CA: Seda, City y Océano Mar. Aprovecho para reivindicar el placer de lo breve y, viendo su querencia, recomendarle dos libros que igual le interesan (si es que no los ha leído ya): Isla África y El Héroe Inexistente, ambos del corresponsal de guerra Ramón Lobo.

Ángel dijo...

Por cierto, el futurista "matemos al claro de luna" me parece una de las manifestaciones más sensatas y vanidosas al mismo tiempo.

Awake at last dijo...

"Percibí un sincero aprecio por Milosevic y Karadjik en su voz, sí" XDDD
Cada vez que oigo/leo... algo sobre esa zona me acuerdo de "El príncipe y la corista", (cito de memoria) "¿A quién le importa una revolución en los Balcanes? ¡Si tienen una cada día!"

Ains...

Mks.

Sue dijo...

Me gustó "Seda", me gustaría ir a Croacia y me ha gustado tu post. Me ha hecho gracia lo que has comentado de los vinos croatas porque, casualmente, tengo unos amigos que han emprendido el no poco arriesgado negocio de exportar vinos manchegos a Croacia, y claro, ahora que sé cómo son los de allí, "todo encaja como un puzzle sideral", que diría Quic.

Tamaruca dijo...

Qué completa la información, dan ganas de programar la próxima escapada allí...

Tengo "Seda" pendiente hace un mes, a ver si lo cojo de una vez que tengo ganas :)

arbusto el guerrero dijo...

Hace ya algunos años (tampoco tantos, digamos cuatro o cinco) me compré el librito de la Sarlo. No es que sea absolutamente imprescindible pero es digno para conocer algunos aspectos de Benjamin. Así me gusta: siga usted en el periodo de entreguerras. Por cierto, ¿para cuándo un post sobre Arthur Koestler?

No sé si las nuevas generaciones podrán olvidar lo sucedido en los balcanes. Lo complicado del asunto es que, cuando hay odio étnico/religioso, los enfrentamientos pueden resurgir en cualquier momento. En cualquier caso, creo que Eslovenia y Croacia ingresarán en la UE en muy poco tiempo.