01 agosto, 2006

Joder, el verano!

Os reiréis. A pesar de tanto como he despotricado acerca de las temperaturas incendiarias que hemos sufrido en Zaragotham, a pesar de que cada día he tenido que cambiarme de camisa dos veces -al menos-, apenas había interiorizado el mucho tiempo que lleva transcurrido desde el principio del verano, si no fuera por el horror juliano, horror que se repite cada año, y que no es de tipo climático, si no debido a la puñetera costumbre de todos de actuar como si el mundo fuese a acabarse el día treinta y uno de julio.

Tal horror doméstico y usual ha hecho que, desde la descripción de nuestro viaje a Grecia, apenas haya escrito comments en vuestros blogs, y que se hayan perdido para siempre las pocas notas-para-blog que entre reuniones apuntaba en los dorsos de facturas de gastos que nunca se presentarán al cobro (recuperar sus escasos montantes no justificaría exhibir las vergüenzas manuscritas que figuras a sus respectivos dorsos). Arrastradas por el tiempo, como hojas de otoño llevadas por el viento si no fuese porque la imagen es tan cursi, resulta tan out of time como los propios Rolling Stones. No como The Who, pero de eso hablaré más abajo.

Por fin hoy he tenido, recién iniciadas mis vacaciones ("¿Y eso, Hans? ¿Cómo es que comenzásteis ayer las vacaciones, y no el viernes?", os preguntaréis. Paciencia, mis jóvenes amigos: todo tendrá su explicación), oportunidad de "ponerme un ratito" al pecé. Cierto es que en segunda intentona: en mi primera aproximación estaba yo sentándome en la rebotica de mi suegro y cuñado cuando éste ha hecho empezar a pasar a "sus gordas" por dicha rebotica. M., farmacéutico pero también nutricionista, está haciendo perder peso a jóvenes andaluzas que bordean la obesidad mórbida (era el caso de la primera compareciente de la tarde). También se dedica a ayudar (¿?) a personas en quienes no concurren -total o parcialmente- las expresadas circusntancias: quiero decir, no es forzoso que sean jovenes, mujeres, de origen andaluz o realmente gordas.

En fin, he comprendido que la chica (la que llamaremos primera gorda) iba a sentirse violentada si me quedaba ahí, a pesar de mi aspecto de guiri-que-está-comprobando-algo-en-el-pecé o de que no-se-entera-de-nada, mientras M. la abroncaba. Pero qué decir: este asunto de la gordura me lleva siempre a dos conclusiones: 1 ó a) "mierda de sociedad que hace que todos queramos ser sílfides anoréxicas" (con su conclusión subordinada: "la gordura es un estado mental") y 2 ó b) "Luego dicen que las carnes son locas", dicho éste muy andaluz que se confirma cada vez que una joven de 1.65 y 100 kg. explica el arrobo con que enguye fritos y chacinas (tal como la primera gordita de la tarde le explicaba a M. casi entre sollozos mientras yo me alejaba. La cosa tenía algo de confesión, diría yo: "Perdóneme, padre, porque he pecado: me he puesto púa de pasteles").

Decía que desde la Entrada de Grecia no escribo. Entre tanto, han pasado muchas cosas: un viaje relámpago al Sur a celebrar el cumpleaños del bisabuelo de mis hijos; el anuncio de boda de Juan; muchíiiiiiiiiiisimo trabajo y muchíiiiiiiiiiiiiiiisimos papeles; la entrada en vigor del carnet por puntos (Que Dios fulmine con Rayo Dolorosísimo al indeseable Pere "Chaquetitacolormierda" Navarro y a todos los idiotas que apoyan sus aberraciones) y la psicosis en la carretera con los radares; un agradabilísimo e inesperado almuerzo con una muy querida amiga bloggera viéndonos la cara por vez primera; una guerra (otra guerra, otra vez) a la que se dan mil explicaciones, en un 99% equivocadas, y en relación con la cual nuestro inútil Presidente del Gobierno y los imbéciles que le rodean no han hecho si no volver a cometer un tremendo error de relaciones internacionales a coro (uno se los imagina perfectamente, cara de tonto crispada en ristre, sentados unos junto a otros en sendas cabinas de retrete, defecando todos a un tiempo); el regreso de Irlanda de UPFM y UPMM, ambos muy felices y contentos de haberse librado de la progenitura durante un mes, y UPFM con unas faldas sospechosamente cortas y alguna camiseta sospechosamente... sospechosa, que me hace pensar que se aproximan días-muy-duros para Hans y MBO por lo que respecta a la administración de adolescentes contundentes. Sigh. Espero no convertirme en padre coñazo (vid aquí)

En fin, en cuanto a las causas del retraso de mi salida de vacaciones hacia el Profundo Sur donde me encuentro ahora a una prudente temperatura de 41.5º según me dicen, se dan, básicamente, dos.

La primera causa de la demora ha sido el hecho de que hemos procedido a dejar la Escudería Hans en sólo dos unidades, el apero y otro. Han salido del patrimonio familiar tanto nuestro ya añejo A3 -que mantenía la belleza, prestaciones y calidad del primer día, un coche para recomendar- y nuestro hermosísimo 166 -que, ¡curiosa coincidencia!, mantenía la belleza, prestaciones y la calidad del primer día: un coche para NO recomendar. Permítanme que les recuerde lo que les contaba aquí, y que les señale a Vdes. -cosa que no hice por desmemoria en su momento- que he vendido el coche con el SEGUNDO motor; el primero hubo de ser cambiado a los 50.000 klicks tras saltar por los aires a mitad de un adelantamiento. Me atrevería a decir que mi Alfa era como Margarita Gaultier, una belleza ilimitada, abocada a provocar tanto enamoramiento como dolor -siquiera económico- por los ígnotos males que le corrompían las entrañas mientras lucía un aspecto inmejorable.

Un deporte grato a la progenitura de la Unidad Familiar Independiente es el toreo de vendedores de coches. Ya saben Vdes., creo que se lo tengo dicho, que los vendedores de coches son los tratantes de ganado de la nueva era, y se valen de las mismas triquiñuelas de que sus ancestros hacían uso hace apenas cien años al vender caballerías. La debida combinación de las argucias negociales de MBO y de Hans han dado lugar a obtener un precio adecuado, y a que la segunda unidad matriculada del artefacto en Zaragotham sea la nuestra sin apenas espera... salvo la de este weekend tan de verano en Zaragotham, a cuarenta grados.

La segunda causa, The Who, que por primera vez han venido a España, ofreciendo dos conciertos, uno en Madrid, y un segundo en (Alibricias!) Zaragotham. La Reina (MBO) y yo estamos henchidos de orgullo y satisfacción, o sea. Y vaya pedazo de concierto. Este su anfitrión, a su provecta edad, ha tenido ocasión de ver unos cuantos Grandes Grupos (obsérvense las mayúsculas) en directo, pero NINGUNO como la combinación de Mr. Pete Townsend (Gloria a Él -a pesar de que, traidorcillo, no tocó Ricks en esta ocasión- que sabe que la Guitarra ha de ser un instrumento de ritmo y casi de percusión, y que arrastra sus sesenta y algún años con elegancia impar) y Mr. Roger Daltrey, acompañados por Zac Starkey (si: el hijo) y unos cuantos músicos de apoyo de primerísma categoría. The Who tocaron lo que yo necesitaba, y tanto Michel como yo botamos adecuadamente recordando otros tiempos en los que íbamos a los conciertos con chaqueta, corbata y parka, levitando gracias a Substitute, My Generation, Baba O'Riley y todas esas canciones que es imprescindible escuchar antes de morir, para saber qué es la Energía en el rock'n roll. Y a MBO le encantó.

The Who. Zaragotham, 29/07/2006, Pabellón Príncipe Felipe, 22.00. FOC, gracias a Elena :D

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Mítica la analogía entre el Alfa y Margarita Gaultier. Y no, tú no eres un padre coñazo (al menos por lo en lo que al blog se refiere). Al contrario, me divierto bastante con las peripecias de tus vástagos. Que lo paséis rebién en vacaciones. :DD

alie dijo...

¡Qué caló! 19º de nada hace aquí... :P

¡¡Disfruta de las vacaciones!!

Marga F. Rosende dijo...

Hola HANS, te he echado mucho de menos con o sin smoking. El post tiene jugo pa releerlo un montón de veces e ir comentando.Me perdí concierto de los Who!! que drama, ya estaban agotadas las entradas. Me despisté.La peli Tommy es una de mis favoritas , la he visto unas 8 veces. La escena donde Daltrey corre por la playa, nada y se quema de verdad es la cosa más auténtica y vitalista que he visto en mi vida, siempre lloro al ver esa secuencia.
Tengo la peli, la compré en Londrés.
Bueno ya comentaré más. Que gusto que haya nuevo post.
Un beso castísimo

Quic dijo...

Lo de los Who ha debido ser antológico, todo el mundo lo dice. Maldita sea mi estampa, que no fui.

_R_ dijo...

A riesgo de ganarme una hostia virtual o física:

Hans, no me importa nada en absoluto que escribas sobre UPFM y sus microfaldas.

Anónimo dijo...

Las palabras siempre se quedan cortas. Solo unos fanáticos como nosotros dos podemos saber que se puede sentir en un concierto de los WHO!!!

Long live Rock!