26 junio, 2006

We're gonna have a party-party!

Reflexionando acerca de los sucesos del pasado sábado 24, llegaba, en la amanecida del domingo -a eso de las 12.00-, a la conclusión de que en realidad, lo de la fiesta no fue para tanto.

Lo que pasa es que luego he reflexionado más. Y en fin. Cierto es que quien espere historias de vissio y depravaçao, relatos de orgias en el jardín, rayas de cocaína y billetes de quinientos euros enrolladitos y tal se llevará una severa decepción. Nada de eso hubo.

Si que hubo rock'n roll, sin embargo. Y, según todo el feed-back que he recibido, una GRAN fiesta.

En fin: cronología. El viernes a la tarde me junté un par de horitas con el amigo Iñaki a pergeñar el repertorio de lo que se iba a tocar el sábado. El teclista de los Green Apples ya había indicado que no podría tocar con ellos por compromisos previos, de manera que se trataba de apoyar algo a la banda, y ¿qué mejor apoyo que el del propio anfitrión de la fiesta? En plancha que me tiré, a la vista de la oportunidad. Nos pegamos, como digo, un par de horas seleccionando temas de los discos de Beatles hasta Revolver, y seguidamente me fuí a cortar el pelo para no parecer el Rey León on stage.

El sábado por la mañana amaneció "contenido". Vamos, "nubes y claros", que dicen los servicios meteorológicos de las estaciones de esquí. Cargué las dotaciones alcojólicas a que me refería en mi entrada anterior (cajas y cajas de producto tóxico amontonadas en mi despacho. En términos de imagen frente a mis chicos, muy pero que muy mal), el amplificador y -al final- la Stratocaster, y me dirigí a la escena del protocrimen.

Dediqué la mañana a ordenar el biotopo y sobre todo a despejar de muebles las zonas cubiertas. Optimista sin embargo dejé un par de grandes mesas, una tumbona y un par de cómodos sillones en el exterior, en el ánimo -ingenuo- de conjurar la lluvia. Una especie de envite a los Dioses: "Coño, no mandéis lluvia, que está ya todo montado para que haga sol en mi fiesta!". Infructuoso, claro. No se puede dejar llevar uno por el animismo de baja intensidad.

Por ser más exacto hay que describir el lugar de Autos. Compónganse Vdes.: una finca de 1.000 m2 dividida en dos zonas aproximadamente iguales a diferente altura: la mitad de "abajo" es un jardín y una superficie adoquinada para aparcar, con sus arbolitos y esas cosas. La mitad de arriba, a la que se accede por una escalera grandota -pero peligrosa para bajarla borracho, también es cierto- se subdivide en dos mitades, a su vez: una zona dedicada a piscina y otra que es propiamente el chalet, de una sola altura, la mitad del cual es un amplio porche -casi la mitad de la edificación- cerrado por una cristalera practicable.

Continúo. A las 16.30 estaba de nuevo en el chalet con Michel para preparar alguna cosilla que tocaríamos juntos. El cielo seguía aguantando, pero poco. En un momento determinado, tanta contención se fue al garete y comprendí que "novamoamojá". Michel regreso a Zaragotham a buscar a su bella esposa y yo me quedé esperando a que llegase catering y banda... que llegaron, naturalmente, todos casi juntos: primero dos camareros, luego cocineros y ayudantes y luego los Green Apples. El camarero "jefe" procedió deshacer todo lo que yo había hecho y montado por la mañana y a reorganizarlo a su modo (nota mental: no volver a tomar decisiones de esas). La lluvia iba arreciando. Hans, todo optimismo, contestaba las llamadas a su móvil diciendo "No, bueno, si, llueve, pero parece que va despejando allí al fondo", mientras Elena, una camarera RuRu (rubiarumana) se partía de risa cada vez que lo escuchaba. La muy jodida.

Si regresamos a la composición de lugar que hacía más arriba, se darán cuenta Vdes. que 75 personas, una barra para servir copas y unos camareros circulantes funcionan bastante bien sobre 1000 m2. También sobre 450 (500 de arriba menos los 50 m2 de la piscina: de momento no tenemos ni camareros ni invitados con escafandra autónoma, y tocar bajo el agua tiene un desagradable efecto electrocutor), si nadie se queda en el jardín. Pero si han de meterse TODOS entre el porche (100 m2 en números redondos) y en el salón de la casa (pequeño, apenas 25 m2); si la cocina debe contener a todos los operarios que no se pueden valer del patio de atrás como desahogo; si sólo resulta operativo uno de los lavabos porque el uso del otro exige atravesar una cortina de agua torrencial de lluvia... señores, entonces tenemos la tradicional "Fiesta-saco-de-gatos".

Entre 19.30 y 21.00 estuvimos montando el escenario al fondo del porche, en el lado opuesto a la barra. MBO llega a las 20.00 como una Princesa. Preciosa. A las 21.30, justo en un momento en que no llovía, mis invitados que son muy puntuales -y el autobús que había contratado para evitar accidentes que lo fue aún más- empezaron a llegar. Estábamos en ese momento terminando de probar sonido, y justo fue para cortar el último acorde y empezar a recibir gente y regalos (me sentí un poco como en "El Padrino", cuanto Marlon Brando, con ocasión de la boda del hijo mayor, recibe los obsequios de sus diversos protegidos). Muchos y preciosos presentes, incluyendo un cuadro y una litografía preciosa y una pequeña escultura francamente hermosa. Y claro, vino, mucho vino -mucho y excelente- y en especial una botella de Viña Pomal Gran Reserva 1966 que me hizo mucha ilusión y que no sé de dónde demonios ha podido sacar Fabiola... Coco me regaló un Chorus ElectroHarmonix formidable que me hizo mucha ilusión (no me enrollo con la cuestión técnica: es un pedal de efecto para la guitarra muy vintage, muy, muy de mi estilo). La sensación que tanto MBO como yo tuvimos y tenemos es que todo el mundo se esforzó en regalarnos cosas que nos iban a gustar; todo el mundo pensó, nadie hizo regalos "de compromiso". Y es muy de agradecer, la verdad.

A las 21.45 la lluvia arreció y TODO el mundo hubo de meterse al porche y a la casa. El chef, un argentino de Mendoza que merecería una descripción personalizada (vaya figura, oigan) concluyó que empezaba a producir en grandes cantidades y a sacar platos.

En ese momento se fue la luz.

75 personas en el referido porche, la cocina a todo gas (mentira: a toda electricidad, pues es ELÉCTRICA y el horno que trajeron lo era igualmente) y una banda a punto de empezar un concierto -eléctrico, por supuesto- SIN ELECTRICIDAD. Glorioso. Pasa, además, que Don Hans Senior hizo sustituir el sistema eléctrico hace unas fechas y, en un momento determinado, me dí cuenta de que NO SABÍA DÓNDE ESTABAN LOS PLOMOS.

Momentos de mucho miedo, que decía Goma Espuma.

Afortunadamente, el sentido común de Hans le hizo localizar rápidamente el cuadro eléctrico y la causa del salto y reiniciar, no sin que antes nuestros invitados cantasen a fuertes voces lo de Cumpleaños Feliz. Un par de cortes eléctricos más -muy breves y rápidamente resueltos- y ya no hubo más problema. Al menos desde fuera: sé que Jorge, el citado cocinero argentino, estuvo a punto de cortarse las venas con un cuchillo de esos japonenes con e que estaba haciendo juliana de verduras. He sabido más tarde que alguna de las cositas que deberían haber sido servidas no pudieron serlo por esos cortes. En fin.

22.30. Empieza el concierto. Subimos. Enchufo la Strato a mi Hughes & Kettner que -esta vez- no fallará.

02.30. Dejo de tocar. Muerto. Estoy muerto. Después de hora y media acompañando a los Green Apples, Michel y yo hemos hecho algunos temas nuestros, así como La Chica de Ayer y Ojos de Perdida y luego han seguido los Green (y yo con ellos), y seguirán hasta las 03.00 o 03.15. Sube Carmen París y canta algo, sube Coco y acompaña algunos temas. Michel está enganchado al micro como si le fuese en ello la vida. Pero a las 02.30 me pregunto yo... ¿cómo han podido pasar cuatro horas? Entre tanto han servido una cena (en algún momento me he comido un rissotto de boletus bastante bueno, por ejemplo, una brocheta de pollo teriyaki, una de esas cucharitas de cerámica con jamón y chèvre, unas croquetas recien hechas de bacalao ahumado, muy sabrosas...), ha DESAPARECIDO la cerveza en un tiempo récord (ni idea de dónde han salido, hacia las 00.00, un montón de cajas del maltolupuloso producto; luego me enteraré de la odisea del encargado que volvió a Zaragotham a buscarla, reventó el coche por la carretera y hubo de sacar de la cama a un colaborador para que fuese a buscarle -con mucha cerveza-) y no he podido probar una tarta de chocolate que me habían hecho ex-profeso: no ha llegado al escenario, donde parece que me hayan clavado.

He visto a la gente enfrente mio bailar y bailar y bailar (señaladamente a MBO, a Ana y a algunas de nuestras fans de toda la vida), y hoy he sabido que, de hecho, cuando dejó de llover, la gente también bailaba fuera del porche.

A las 02.30 la gente está bebiendo pelotazos con contundencia, pero efectivamente sólo caerá menos del 50% de los alcoholes "gordos"; nadie habrá tomado Bailey's (tome V. nota, MissDamaDelicata: prejuicios tontos tienen como consecuencia que dos botellas de ese producto infame seguirá per secula seculorum en los anaqueles del chalet de mis padres); la cerveza ha volado (primera y casi segunda entrega entera) y un par de cajas de vino tinto y el blanco, también. No veo a nadie borracho, sin embargo.

Nadie ha caido a la piscina. Nadie ha maltratado animales (racionales o irracionales). No se han visto chicas -o chicos- llorando de desamor. No hay vomitonas por las esquinas.

Ayer domingo me acerque a ver los desperfectos, y son perfectamente mínimos, ilimitada suciedad aparte (mi Augusta Madre no tuvo mejor idea que poner en su momento un suelo blanco níveo en el chalet, tan estético como dudosamente práctico. Y anteayer, mucho más. Odio ese terrazo gris asqueroso, pero supongo que es mucho más sufridito).

Y yo tengo, a priori, la sensación de que hay cuatro horas que se me han perdido, entre las diez y media y las dos y media de la noche del sábado al domingo. Y luego me doy cuenta de que no. De que, a lo mejor, mi autorregalo de cumpleaños -y el regalo de MBO para mí- fue hacer una fiesta para tocar durante cuatro horas para mis amigos, y darme cuenta de que sigo siendo capaz de hacerlo con solvencia. A pesar -o gracias a- los cuarenta.

The Kid is Allright ;-D
P.S.: No tengo fotos, pero supongo que las tendré, antes o después y espero poder colgarlas (en su caso con flores sobre la cara, Would ;-D). Algún flash vi entre brumas de rock'n roll.

9 comentarios:

Awake at last dijo...

XDDDDDDDDD, pues suerte que no te electrocutaste todo mojadito que irías, XDDDDDDDD (se nota a la legua lo mucho que disfrutasteis, felicidades)

Besos!

alie dijo...

¡¡Queremos ver ésas fotos!!

Vaya juerga.. :DD

dwalks dijo...

¿me estoy endiosando o la descripción de lo que comiste ha ido a tocarme la fibra? qué buena pinta el cáterin, hans, qué nivelazo. hubiera recorrido trescientos y pico kilómetros por ellos, no lo dudes.

siento lo de la lluvia, más que por lo que supuso, que al final no fue para tanto, por la ansiedad que tuvo que generarte antes de la fiesta.

uh... y echo de menos algún dato sobre el porcentaje de solteras en esa fiesta, por curiosidad, más que nada

me alegro de que lo pasarais tan bien

Hans dijo...

Disfrutamos, Awake, puedes jurarlo. Estoy recibiendo todavía congratulaciones por lo bien que nos lo "pasemos".

Alie, en cuanto tenga alguna la cuelgo. Ni yo ni MBO hicimos fotos, aunque alguna cámara hubo como decía por ahí.

Diguox: en cuanto a lo primero, si: aparte de mi genérica devoción por la descripción precisa, era para tocarte la fibra. Me consta que alguno de mis escasos pero selectos lectores es de buen yantar, y entre ellos ocupas un lugar destacado.
Ansiedad bastante, sobre todo por que no quería beber nada antes del festejo por lo de tocar.
Y por lo que respecta al % de solteras, pues no lo sé. Si que te puedo asegurar es que las chicas vinieron TODAS guapísimas. Uno de mis colaboradores, el más yogurín (27 añitos) estaba que levitaba de ver tantas mMujeres-mujeres hermosas de verdad (no crías apañadillas). Encanto de verdad, especialísimo, máxime dressed to kill. Era auténticamente arrebatador mirar desde el escenario.
Y ya sabes, el novio/marido molesta pero no impide (salvo yo, que te abro la cabeza de un guitarrazo si te acercas a mi chica más de lo que debes, claro ;-D)

would dijo...
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would dijo...

"La chica de ayer". ¿Sabes que desde que me lo comentaste, cada vez que paso delante del Penta me acuerdo de ti? La última este domingo durante unos vermuses.

¡Qué rabia perdernos semejante fiestón! Me quedo con tu recital musical y con lo de esos bellezones "dressed to kill".

¿Cuándo volvéis a celebrar los 40?

Anónimo dijo...

Como te he dicho ya alguna vez, quién tuviera 40 para acudir a semejantes fiestones. Lo mejor del cumpleaños, seguro, la música en directo.

libertad dijo...

Se paso bien, sí. Muy, muy bien. Gracias por ponerle horas y contarlo desde tu lado. B.

Xurri dijo...

VAya con la nube Murphy... me encanta la expresión fiesta-sacodegatos. Tomo nota.

Creo que alguien tuvo la premonición del guitarrista mojado, aunque en versión piscina. Imagino el momento terror al saltar los plomos - habrá goteras sobre el escenario??? alguien huele a quemado???

En fin, déjame que bromee puesto que solo puedo rabiar de la envidia, me hubiese encantado ser una mosca en la pared.

En fin.

Felices 39 casi 40. No se me ponga usted edad antes de tiempo.

Besotes