Dilectos lectores, esta mañana, si bien ligeramente perjudicado, estoy muy contento. Ayer noche tuvimos fiestuki de cumpleaños (40 años, como viene siendo usual) de nuestra amiga Ana, a quien su Santo preparó una fiesta sorpresa en un restaurante a las afueras de Zaragotham. En efecto, la celebrante y Su Santo salieron de casa, recogieron a un par de amigos, cogieron el coche y cuando Ana se quiso dar cuenta estaba entrando en una sala lleeeena de gente que le cantaba eso de japiberdei, afortunadamente rematado por el Birthday de los Beatles tocado con potencia y decisión por nuestros amigos los Green Apples. Lagrimita, esnif.
El colectivo humano presente era peculiar, reunido sobre todo en torno a las viejas amigas de la homenajeada. Pensándolo ahora con mi 32% (vid infra), creo que apenas hablé con tres personas aparte la celebrante, su Santo, MBO, Michel y su mujer. Y eso que en perspectiva creo que había más gente que conocía de la que percibí a primera vista. Y es que las chicas cambian mucho entre los veinte y los cuarenta (salvo MBO, que es un pimpollo reventón y sigue estando igualita).
El lugar de perpetración del festejo es uno de esos sitios de tomar costillas a la brasa. Cuando entramos por la puerta, justo antes de que llegase Ana, y de disponernos de modo que no se nos viese desde fuera, nos recibió un porche cerrado acristalado (ayer el viento en Zaragotham podía hacer volar un elefante de tamaño medio) con muchas mesitas llenas de lo que podríamos definir como una merienda de cumpleaños de los 14, ligeramente aggiornada; no había bonys ni bucaneros, pero en su lugar había unos espárragos muy ricos. Quiere sonarme que había cacahuetes y también ganchitos, pero no podría jurarlo. Unas croquetas (perdón, cocletas) muy ricas. También empanadillas. Vamos, que me teleretrotransporté en el tiempo a las fiestas del Club del Colegio de 1980, casi. MBO, que lleva algunas semanas "a plan" (gran expresión muy andaluza: "estar a plan") como consecuencia de la operación belleza y salud 2006 (de modo completamente innecesario, pero no hay nada que hacer cuando a esta chica se le mete algo en la cabezota. Parece más aragonesa que andaluza, qué terquedad) implementó una modalidad original de dieta: espárragos y alcojol (sic). Esta mañana me señalaba que ayer había perdido otro kilo. Curioso.
Como ya he indicado, la fiesta fue amenizada por los Green Apples, de manera que -obviamente- Michel y yo acabamos subiendo a ejecutar unos bailables. Como siempre que me quitan el micro de delante, a fuer de inmodesto diré que mis guitarreos fueron muy satisfactorios para los demás y para mí. Debería pensar en ello y dejar de una vez de preocuparme tanto por las voces (las mías). De donde no hay no se puede sacar... Qué buenas versiones de You really got me, Light my fire y Satisfaction, btw.
Fue curioso porque el concierto fue casi como si hubiese sido para nosotros cuatro: MBO, Michel, su Santa y yo. La gente interactuó más bien poco. Nosotros nos lo pasamos (perdón, Digüox: nos lo pasemos) de miedo. Encima, como resulta que el marido de la celebrante es Degé de una compañía de autobuses no tuvimos que tomarnos la molestia de ser brutalmente sancionados por conducción etílica: a la hora que nos convino, un autobús megamoderno nos teletransportó a casa sanos y salvos. Qué bien, eso. Ahí dejamos al resto de la concurrencia mucho más feliz con música de lata (incluyendo Tarde de Fiesta de Karina, por cierto, urghs) que con la música en directo de altísima calidad que recién se nos había administrado. No entiendo a la gente.
Bajas de la noche: tengo la palma de la mano derecha como un pimiento morrón: el manejo excesivamente entusiasta de la pandereta en Drive my car hizo que me autolesionase. ¿Habéis visto alguna vez un moratón en una palma de mano? ¿Seré cafre? (duele, juro que duele). Y aparte de eso, mi cabeza funciona al 32% de su rendimiento estándar. Debe ser algo que tomé...
7 comentarios:
No te martirices, inexplicablemente la masa prefiere siempre pachanga.
Qué bueno... he leído el post y me ha entrado un buen rollo que te cagas. Llevo unas cuantas semanas sin tocar la guitarra y el sábado por poco me veo n la obligación de tocar en la celebración del cumple. Y es que lo mío es la batería! El sábado voy a por mi kit a Madrid. qué ganas, qué nostalgia...
Pues mira que mi chica está ahora mejor que cuando la conocí hace unos años. Viendo dicha evolución y comparando con la de mi suegra, estoy seguro que dentro de 10 años seguirá estando y siendo tremenda. Ay mi niña!
Los hielos. Fueron los hielos o la ensaladilla, fijo.
Naaaaaaaa, la mayonesa. ¿Se ha recuperado usted ya?
Besos!
oye, no serás tú ese amigo que siempre que coge la guitarra el resto pone los ojos en blanco, se miran entre ellos y resopla... que no digo que no toques bien, pero eso de que "el resto interactuó más bien poco" me hace sospechar de que tu entusiasmo pudiera ser algo, uhm, unilateral (yo no digo nada, espero paciente por tu réplica luego ya opino)
sí, que bien lo paséis y cuánto os ríasteis y supersafavor del cardenal de tu mano (???) y de nuria jose en su foto compartida.
(por cierto, puedes ir quitando la palabra antispam, ya no hay demasiado)
No, Diguox. Cuando contaba lo de que "interactuaron más bien poco" fue con la banda que tocó. Cuando nos pusimos nosotros hubo más entusiasmo perfectamente injustificado -sobre todo por contraste-.
Soy poco de coger guitarras por ahí. Conozco el modelo ojiblanquigenerador y me da un poco de vergüenza, la verdad, más por los canturreos que por los guitarreos, también hay que decirlo. De vez en cuando procedo (cancioncillas nueva ola, The River y así) pero no es habitual.
Y si: los hielos, la ensalada o la mayonesa, sin duda. De aquello salí con bien. Hoy me encuentro algo flojo, pero por motivos más catarrosos.
Patético y retórico chaval.Por cierto, la calidad del vino no está en el "producto" en si, sino en el ambiente y compañía en el que se deguste y entre gente tonta, que lo facil lo escribe dificil, solo cabe esperar beberse un buen vino de verdad para no escuchar tanta tontería. Por cierto, los Green Apple son buenos y con seguridad te puedo decir, que son ellos quien te echan una mano y no al reves. Te lo tienes currado, pero en verdad resultas algo cursi y muy egocéntrico.
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