20 marzo, 2006

Alguna lectura (trastiendas intelectuales, I)

La verdad es que llevo demasiado tiempo sin escribir apenas sobre lecturas, y no es porque no haya habido material abundante y sugestivo por sobre mi mesilla y desparramado por la mesa del estudio. La verdad es que me daba algo de pereza.

Hoy sin embargo me siento motivado para la crítica literaria yuxtapuesta (jo-jo-jo: léase con tono SantaKlaus) como consecuencia de La Sociedad transatlántica, de Alfredo TAJÁN, cuya lectura he venido simultaneando con un par de novelas de la saga Kurt Wallander de Henning MANKELL.

Iba a decir que éstas, El hombre sonriente y La leona blanca, y sobre todo la segunda, han servido para aligerar la lectura del TAJÁN, pero no es cierto: policiacas contundentes, novelas negras sobre un paraiso blanco, democrático, limpito de sociedad pulquérrima. Más falso que Judas: denuncia del miedo al vacio del caos desde la hipotética asepsia nórdica. Que si, que las suecas deben de estar muy ricas en un porcentaje elevado, pero no es eso, o sea. Como además la lectura -y sobre todo la de la primera de las citadas- ha ido teniendo lugar en días un poco angustiosos, un poco grises, un poco demasiado cargados de preocupaciones de trabajo, es lo cierto que la mezcla de los ambientes algo opresivos reflejados en el texto y los que yo mismo tenía in mente, ha conducido a que el citado MANKELL haya logrado su objetivo con plenitud. Inquieta. Mucho. Seguiré apurando la bibliografía del sujeto y ya os diré. De momento, dos de dos, no menos de 8/10.

La Sociedad transatlántica mezcla en un ambiente porteño y -muy cambalacheicamente- la historia de una estafa en que es cooperador necesario un alto ejecutivo gallego, una búsqueda de grial en soporte papel por parte de un heredero desazonado, sus polvos con una bella-con-cicatriz, y, last but not least at all, una especie de loa al futurismo austral (al futurismo y otros compañeros mártires igualmente australes), al pensamiento de las vanguardias históricas pasadas por mate (y por agua).

Escribe de coña este TAJÁN -con un aderezo a varios tiempos verbales bastante gracioso, si hablamos de formas- y os lo recomiendo fervorosamente si, como yo, creeis a pies juntillas en que nuestra concepción filosófica* del mundo es heredera directa del periodo de veinte años que media entre la mitad de la primera guerra mundial y el advenimiento del nacional-socialismo a la gobernación en Alemania. Personalmente, me apasiona todo en ese periodo hermoso y terrible, y he dedicado bastante de mi tiempo a leer acerca de todo en él.

Y claro, todo esto os lo dice un tipo que esta noche ha dormido fatal, y que para no despertar a MBO ha dormitado, entre que terminaba de rematar la expresada novela tajaní, tumbado en una chaise longue diseñada por Le CORBUSIER en 1928, a la sombra de una escultura talmente MODIGLIANI y bajo la protección cuasivirginal de un cartón-lámina para portada de La Gaceta Ilustrada de 1925 de Francisco de CIDÓN.

* Filosófica...y literaria, arquitectónica, estética más en amplio, jurídica, política. Le Tout. Y atáos los machos si empiezo a desabarrar con estas cosas. Quien avisa no es traidor.

4 comentarios:

Awake at last dijo...

Te-o-di-o, XDDDDD

Besos!

Hans dijo...

Y eso? Por qué, Awake? Snif! :'-(

Xurri dijo...

Mankell (Wallander) interesa, absorbe, seduce, hipnotiza, hipocondriza, horroriza, fascina, deprime, racionaliza, extraña, sentimentaliza, estimula y finalmente addiciona.

Pero es para leerlo en verano - en invierno además arrastra...

arbusto el guerrero dijo...

"y os lo recomiendo fervorosamente si, como yo, creeis a pies juntillas en que nuestra concepción filosófica* del mundo es heredera directa del periodo de veinte años que media entre la mitad de la primera guerra mundial y el advenimiento del nacional-socialismo a la gobernación en Alemania. Personalmente, me apasiona todo en ese periodo hermoso y terrible, y he dedicado bastante de mi tiempo a leer acerca de todo en él."

Coincido con usted, egregio Hans: soy de los que piensa que TODO está en el periodo de entreguerras. Arte, filosofía, política... raramente mis lecturas se salen de este arco temporal. Así que ya somos dos.