... viernes de peluquería!", cantaban a principio de los 80 los Imágenes de Archivo, una banda mod de Zaragoza, que como toda banda mod española que se precie no se comió un colín (recuerden Vdes. a los Elegantes, o a Brighton 64, y más recientemente a los Flechazos). Los IdA hubieron de mutar su nombre en Los Intrusos por un problema de propiedad intelectual con una banda tecnóide de origen asturiano -si no recuerdo mal-, y, para rematar, ficharon un teclista pretencioso (esto en términos rock'n roll es una redundancia pero de ello hablaré otro rato) que, cuando finalmente consiguieron un contrato con una discográfica, propició una producción recargada, hortera, sin vida, pero, eso sí, con muchos violines. Y hasta con censura en una determinada letra.
Otra banda mod de Zaragoza -que como toda banda mod española que se precie no se comió un colín- fue la mía, Los Modos (reconozcan Vdes., eso es sutileza), que ayer, en formación dos guitarras-dos voces, perpetraron un pase en el sótano de la Bodeguilla del Arco con ocasión del cuadragésimo aniversario de su guitarra rítmico, Michel (esto de las fiestas de cuarenta años empieza a ser recurrente en este blog, como lo de los pijamas. Yo sigo teniento 39, anyway) .
El dueño del garito en cuestión ha simplificado su vida: cede para fiestas privadas el susodicho sótano poniendo una cena de tapas y barra libre a precio cerrado (por cierto no demasiado caro) y en horario cerrado (de 22.00 a 02.00). Pone una camarerita que no tiene que hacer nada más que sonreir y poner copas (nada de cobrar, nada de disgustos con los cambios y las sisas). Como además suelen ser fiestas de gente con una edad (y generalmente una pareja de mejor dominio), la camarerita, usualmente una estudiantita erasmus, no se ve inadecuadamente interpelada por los concurrentes de género masculino, que tampoco es que, después de todo, se cuezan tanto.
Pues eso: ante un público selecto (y por qué no decirlo, limitado numéricamente) volvimos a tocar los viejos temas. Y como estaban los viejos amigos, hasta nos corearon y todo. Toqué con la Fender Stratocaster (primer concierto con ella, por cierto) que en combinación con mi ampli nuevo da un sonido formidable... mientras lo da: a mitad de un solo en el canal saturado mi Hughes & Kettner dijo Auf Wiedersehn y se negó a seguir sonando, el muy cabrón. En fin, nada que no se pudiese resolver: al fin y al cabo, en su momento tocamos tantas veces con equipos letales y tuvimos que resolver a base de ñapas tantas puñetas que hasta quedarse sin ampli a mitad del sexto tema fue un asunto menor y, sobre todo soluble. Aparte de los nuestros hicimos algunas versiones (mucho Beatles, claro, e incluso la Chica Yé-Yé, cantada por como siete niñas-con-moño que espero que se vean bien en las fotos que colgaré cuando las tenga).
Pero eso sólo fue parte de la Fiesta, que era de Disfraces. Temática: los Sesenta (claro). Yo muy propio (aunque como me dijo la Bella Nieves: "¿Por qué no te has disfrazado, Hans?" "Nieves, por Dios: traje negro recto de tres botones, corbata negra y botines: no creo que se pueda ser más sesentas!" "Demasiado sutil, Hans". Fale. La plus belle du Bal era, evidentemente, MBO, que por la mañana se había pegado como dos horas en la Pelu hasta que le hicieron un moño cardado con una cantidad tal de laca que, indudablemente, hace a MBO responsable de la destrucción de un par de metros cúbicos de capa de ozono. "Soy una Nube Tóxica", decía ella. Lo gracioso es que antes de nuestra fiesta MBO se fue a escuchar el Requiem de Mozart en el Auditorio ya disfrazadita con vestido-vaporoso-volátil y con treinta centímetros más de altura (quince del moño y quince de las botas). Sospecho que quien se sentará detrás de su butaca se enfadaría bastante, sips.
Volvimos a las 05.00 y esta mañana me he levantado razonablemente bien, suficiente como para constatar que UPFm estaba malita y vomitante -pobre, snif- y que mi sobrina María (que ha dormido en casa) está para comérsela de graciosa-tres-añitos; como para irme a desmontar el equipo, comprar antipirético infantil, volver, tomar un aperitivo en casa con E. y M., que se casan en Atenas (muestra de fino gusto) este verano y nos traían la invitación, y como para escuchar de labios de mi hermano que tengo sobrina nueva. Ha nacido Ana, un nombre que, en mi experiencia, sólo llevan chicas estupendas. Su propia mamá está muy bien a pesar de los 3'800 que ha pesado la criaturita. Bienvenida!.
P.S.: Esta es una entrada in fieri: me tienen que pasar fotos y con ellas la decoraré en su momento.
Modos. La Bodeguilla del Arco, 04/03/06, 23.00.- Entrada libre restringida.