...atosigado. La cosa básica en tal caso es, naturalmente, irse.
El W.-E. ha tenido dos partes claramente diferenciadas. La primera podría definirse como matrimonial-barcelonesa. La segunda, la prolongación del dólor-automóbilis.
Parte "1" ó "a": B/B/C (modalidad primera b) in BCNCasábase la hermana pequeña de unos muy-amigos de mis padres cuyo hijo mayor fue probablemente, en términos cronológicos, mi primer amigo. Un gran tipo, como también el padre, ambos la antítesis de mí mismo, al menos en cuanto a parte de la concepción estética de la vida (asunto menor; el aliño indumentario les da bastante lo mismo), así como en cuanto a la informática: el padre es de esos Ingenieros Industriales que de puro genios empezaron a trabajar de verdad en ordenadores en 1970; el hijo, teleco y Arquitecto-de-sistemas (sea eso lo que sea) de alto voltaje en cierta gran corporación del sector. Se fueron de España algunos años y cuando regresaron tuvieron a bien hacerlo a tan bella ciudad.
Y la cosa, claro, fue en BCN. Pospongo la cosa del coche a la parte dos o b. Lo cierto es que salimos de Zaragotham con la progenie a las 18.00 y llegamos a la Civittá Condale relativamente pronto, lo suficiente como para ir prontito a cenar a un sitio en el Paseo (Passeig) de Gracia (Gràcia) llamado "Fernández" (Fernández, supongo. Aunque esa tilde me inquieta...) dado que el Tragaluz estaba lleno hasta las trancas, según nos dijo la amable joven de recepción del Hotel. Y cenamos bien, y luego -una vez la progenie tragó con quedarse en el Hotel sin excesivo escándalo- pudimos quedar con unos amigos, que nos llevaron al Budda y luego a una terracita, "Berlín", creo. Bien, salvo eso de que a la hora en punto que constituye el límite de la licencia te echen a tomar por saco aunque recién hayas pedido un gin tonic pelín cristasolesco. Como parfois me sucede en BCN, me sentí un tanto superado. Como algo pasado de moda, no sé cómo explicarlo. Pero en fín, ya se sabe, ciudad más fashion, más vanguardista, soy un chico de provincias and so on.
Al día siguiente los jóvenes se casaron en horario de mañana, por lo militar y en ceremonia oficiada por el Señor Trías, cuyo discurso fue digno, ciertamente (los alegatos de ceremonia civil a cargo de munícipe diverso oscilan entre la cita textual del Código Civil -exceso de síntesis, poca personalización- o la puritita emulación de la Curia desproveyendo al discurso de religiosidad y recargándolo de barroquidad-marca-ACME).
Seguidamente, y por una carreterita que me hizo lamentar no conducir el Apero si no estar siendo teletransportado en autocar fletado
ad hoc por los novios, nos llevaron a alguna parte de ese hermoso montecillo que rodea BCN por el lado que no es el mar. ¿Collserola, pot-sé?. Y qué jodidamente bonito es BCN. Qué hermosura. Por cierto que se cayó el cielo, y por cierto que a mi Amada se la llevaron los demonios, pues el tacón es escasamente compatible con estos excesos de natura por doquier. Máxime si se trata de natura húmeda.
Por la noche fuimos a tomar copas a un local cuyo nombre soy incapaz de recordar.
Al día siguiente tenía yo la intención de efectuar sucinta visita barcelonesa en favor de la progenie, para que fuese viendo hoja verde. No pudo ser, como se verá en la parte dos ó b, de modo que nos limitamos a ver La Pedrera y a huir dirección Zaragotham donde llegamos y me terminé "Yo soy Charlotte Simmons", la última de Tom Wolfe que comentaré en el lugar oportuno.
Parte "2" ó "b" Prolongatio dolor automovilis.
Ya ha quedado dicho en este blog lo de que a Hans le apasiona la cosa automóvil.
De suyo, el sujeto conocido como Hans tiene tres vinículos:
a) El apero. Así es conocido el coche personal de Hans que su Amada no quiere coger jamás y cuya consecución fue tarea de diplomacia...¿qué digo florentina? florentino-veneciana-británica!. Dicho coche es además implícita arma arrojadiza dentro de un orden (y es "dentro de un orden" pues ella al final ha de reconocer que autorizó la adquisición) cuando Hans se desmanda desde el punto de vista de la Presidencia. El coche personal de Hans es un capricho, reconozcámoslo. Hermosísimo capricho, adviértoles. Hablaré de él algún día.
b) El compacto pre-concurrencia de la progenie. Un Audi A3. Hans & Beloved One tenían en tiempos un deportivo chiquitito, se hostiaron por culpa de otro y se compraron (en 1997) el compacto más seguro que había entonces. Sigue en manos de los referenciados. Éste protagoniza parte de la historia de hoy.
c) La berlina consecuencia de la concurrencia de la progenie. Un Alfa 166. Para quienes no sean aficionados a los coches, era indudablemente la más hermosa (como buen italiano) de las berlinas medias-grandes en el mercado en 2000, que es cuando se compró.
Y ahí empieza la historia. Como buen italiano -también- el Alfa está costándole los higadillos a Hans; en unos tres meses cascaron los frenos, cascó el colector de escape, el caudalímetro, y más recientemente el embrague y el volante de inercia. Todo eso sonará a chino al no aficionado. Baste con decir que que todo eso se joda con esos años y con 120.000 klicks recién cumplidos es una animalada. Máxime cuando va por el medio kilo largo (sin contar con las ocho bujías y las correas de distribución, que le tocaba cambiar). Lo puñetero, además, es que ENCIMA DE TENER TRES COCHES, este W.-E. hemos tenido que irnos en el vehículo b), pues no me habían encontrado no se qué pieza el viernes en la mattina "así que, Don Hans, tememos que el coche no estará para la tarde", dijo, atenta, Toñi (que es como se llama la recepcionista del tashé).
A las 18.00, como digo, salimos de Zaragotham en el Audi. A las 18.15, llamada al móvil. "Don Hans, puede V. pasar a recoger su 166, ya está perfecto". Blasfemias íntimas. "Pues me temo que no va a poder ser... ". Cabreo de la progenie y la Presidencia: "¿Por qué no has llamado antes?" Y yo, claro, había llamado antes, pero... "demasiado" antes. Joder.
Bueno, no pasa nada.Llegamos a BCN y todo se desarrollo según descrito
supra, peeeeeeeeeeeeeero...
... pero el domingo por la mañana, el cabrón del Audi se ha quedado sin batería. Joder. En fin, por no alargar, consigo que un taxista baje al parking del hotel, me enganche las pinzas, me permita ponerlo en marcha, me cobre 20.00 EUR (pelín aprovechado, pero en fin...) y pueda regresar a ZAZ. Naturalmente, con el plan visitativobarcelonés mandado a Sodoma, y con la implícita crítica de los mios. Urghs.
Como uno es cauto, aparque el coche de manera que pudiese enchufarle de nuevo pinzas... y menos mal. Esta mañana, La Presidencia trató de ponerlo en marcha y claro, no. Juramentos -bueno, no, que es muy correcta- telefónicos y toda la tarde perdida, pues he tenido que coger el Apero, traerlo del otro garaje, enchufarlo, poner en marcha el AUDI, cambiarlos de sitio, llevar el AUDI a poner una batería, acercarme a la ITV a buscar un documento del otro coche, pasar la ITV del AUDI y llegar tarde a recoger el ALFA del taller. De manera que ahora, como en las sillas musicales, ninguno de los tres coches está en su plaza de parking correspondiente, así que mañana, otra vez, a dar vueltitas...
Me gustan los coches, si, pero a veces, JODEEEEEEEEEEEEEEEEEERRRRRRRR...