
El polibán es a la porcelana sanitaria, sección bañeras, lo que el Multipla (¿o la Multipla?) al mundo del automóvil. Un polibán no es, ciertamente, una bañera, pero tampoco un plato de ducha. Un Multipla (¿o una Multipla?) no es una furgoneta, pero tampoco una berlina (ya puestos, tampoco es un descapotable deportivo). Son… esas cosas de los italianos. Se me ocurren algunos otros ejemplos, y supongo que el más obvio es la Vespa. Los Lancia tampoco se quedan atrás.
Vaya por delante que lo antedicho no es muestra de desprecio ni por las maneras peculiares de diseñar, ni por lo italiano: son italianos los responsables de algunos de los mejores diseños de la historia –y mucho más desde el punto de vista de un enamorado del automóvil como Hans- y hay también otras naciones dadas al diseño peculiar: creo que un sucinto examen de la historia de creaciones de la casa Renault, la observación atenta de los frontales de las locomotoras que meneaban los trenes patrios en los setenta como habían movido los galos en los sesenta y, en fin, un visionado rápido de la imprescindible Mon Oncle evidenciarán que el diseño rarito no es cosa sólo italiana.
Por cierto que no tengo ni idea de si el polibán es invento italiano: sólo sé que al aeropuerto vinieron a buscarnos en un (¿en una?) Multipla y ello fue perfectamente consistente con la observación del referido aparato sanitario en la salle de bain de nuestro apartamento temporal en Roma.
Y es que estamos en Roma, gracias a Ryanair, también conocida como la aerolínea más indigna del universo. Puesto a evocar se me ocurre que la compañía de Michel O'LEARY hace exactamente lo mismo que las navieras basurientas que acarreaban gente al nuevo mundo aprovechándose de su penosa situación económica, lo mismo que los propietarios británicos de clippers que estabulaban seres humanos en la costa de África (debidamente vendidos por árabes, ah, ese pueblo siempre tan respetuoso de los derechos humanos) para llevarlos igualmente a las Américas. En fin, lo hace de modo más descarado, y casi más grosero. No pienso aburrirles a Vdes. con relatos acerca de información engañosa de precios que se incrementan por absolutamente todo (maletas facturadas, pago con cualquier cosa que no sea la tarjeta corporativa de la propia Ryanair...): son todos Vdes. personas viajadas y habrán sufrido en sus carnes tales maneras. Dejémoslo, pues.
A lo que iba -y es éste el motivo de la entrada-: MBO, los UP's y yo estamos en Roma. Conjugada que fue la sospecha de una sinusitis en la mañana del jueves, doce de agosto (recuérdese que Hans SIEMPRE se pone malo en cuanto empiezan las vacaciones), salimos del aeropuerto de Zaragotham (bien!) aterrizando en Ciampino apenas dos horas más tarde.
Y en la mañana del trece me tomé, como primera providencia, un latte de esos que hacen Historia.
Y bueno, que seguiremos informando acerca de la estadía y sus circunstancias. Besos & abrazos