17 mayo, 2006

Desiertos y unas cosas y otras

Pues bueno, pues muy bien: de acuerdo con la mejor tradición de Zaragotham (recuerden Vdes.: la ciudad en medio del desierto) la media de temperatura ha subido en una semana en unos... mmm... veinte grados celsius. Con dos. Así las cosas, esta mañana, que he pasado básica en una sala monegrina y pequeña, y con traje y corbata, y revestido adicionalmente (esto para iniciados), y con varias personas más, y sin Aire Acondicionado, ha sido el horror.

Lo mejor, el viaje de ida y vuelta, bien sin techumbre (cada parada comportaba grave sufrimiento, eso sí), bien con el clima echando bombas. Ese método Ducha Escocesa que por otro lado ha ido siendo lo habitual a lo largo de estos días fomentará seguramente la crianza de una pulmonía triple que asegure una salida rápida de este mundo cruel en que, aparte de algún resultado no deseable en ciertas cuestiones, pendientes de clarificación (y no seamos negativos: esperemos que la cosa evolucione positivamente, en todo caso: las cosas no pueden ir mal con estos preciosos cielos soleados que estamos disfrutando en mi tierra), el ebanista siguen teniendo la mitad de mi casa en estado Le Marne, al haber tomado varias medidas incorrectas (bien por negligencia, bien por obra del muy dudoso escuadrado de las paredes de Domus Hansis) lo que le obliga a él a desmontar unos doscientos quince cajones y a mí a cagarme en su puta madre. Poco más o menos. Y qué calor, Dios mio... ¿cómo puede el buen Juan desear viajar al desierto omaní? Que venga a Los Monegros!

Más cuestiones. Recordarán Vdes. que aquí les explicaba alguna de mis sospechas acerca de lo que La Revista es. Pues bien: ayer, como correspondía a este momento del año, dentro del ciclo, eterno retorno, hube de acudir a cierta comida a la que me habían invitado y que se remataba con un espectáculo. Aciertan Vdes.: con una revista. La Revista. Calor, mucho calor, y la compañía de LP, que obsequió a la concurrencia -y para mi desgracia a mí- con un espectáculo (acaba de ocurrírseme el neologismo espantáculo, pero no acabo de verlo perfecto).

Y qué les voy a decir: hay cosas que no es fácil describir. Por que se hagan una idea, a mitad de la función envié un sms a MBO: inenarrable, fue el adjetivo. La Revista existe, queridos amigos. Básicamente consiste, según tuve ocasión de comprobar, en tomar a un anciano senecto -probablemente jubilado de banca andaluz, de estos que tienen mucha gracia- y ponerle a contar chistes procaces a presencia de la Vedette, ésta de ígnotos atractivos; en hacerse con un elemento de la Ribera... del Vístula, claro, que canta jotas, boleros, rancheras y aún zarzuelas, esto último acompañado de una señora a la que el adjetivo que más le cuadra es el de jamona (disculpen Vdes. si les ofendo por la contundencia), con quien se intercambiará frases de doble sentido de lo más sutil: ya saben: tamaño, frecuencia y capacidad en general y en su específica aplicación al joven de color (negro) que también coadyuvaba hasta en el chotís (Olé, la Integración); también conviene disponer de una pobre chica centroeuropea -ah, la caida del telón de acero y su efecto sobre los equipos de gimnasia rítmica de Checoeslovaquia p'allá- que hacía un ejercicio en un aro colgado realmente meritorio en otras circunstancias y contexto. El cuerpo de baile, en fin, -en el que se integraban algunos de los anteriormente citados- era de una sincronía... ¿cómo decir? ¿relativa?. Y para concluir, el/la joven travestido/a que bajó del escenario a circular entre las mesas, entrando al respetable y sembrando el terror entre buena parte de los caballeros concurrentes al acto, que ya se veían con el/la Vedette sentado en su regazo.

Hans senior cuenta que su infancia había funciones de teatro del colegio a cargo de Producciones Longares, que contaban con Santitos y Lon, pareja de clowns, con el afamado cantante melódico Jimmy Sants, con el Rey del Misterio el Mago Longs, con el duo Los Lonisán... Un ejemplo de reutilización o de aquello de dos elementos tomados de dos en dos, vaya. Pues ayer tuve una sensación parecida. Reutilización. O mejor, reutilización y cierta vergüenza ajena.

Pero bueno, todo lo anterior es relativamente secundario. Lo que yo quería recomendarles a mis queridos y escasos pero selectos lectores es que se compren y lean a la mayor rapidez Vida e insólitas aventuras del soldado Iván Chonkin de Vladímir Voinóvich (Libros del Asteroide, 2006). Absoluta y completamente imprescindible hacerse con ella: acaba de salir a la calle hace cuatro días (fuí el primero en llevármela de mi Librería de Cámara, acababan de recibirla).

Novela más rusa que el Kremlin, Tolstoi, Kropotkin, Chéjov (a quien por cierto algo debe), las cámaras de fotos reflex esas tremebundas con pinta de los sesenta, los Lada Niva, la NEP, los planes quinquenales, la perra Laika y Yuri Gagarin todo mezclado; novela de autor -evidentemente- ruso, megacensurada/o en su momento en la URSS de donde aquélla hubo de salir escondida de no sé qué modos inimaginables, con todas las cautelas. Prologada muy adecuadamente por Horacio Vázquez-Rial, por cierto: y es que reconozcámoslo: no controlamos -o al menos yo no controlo- tanto la narrativa soviética posterior a la Gran Guerra Patriótica, de modo que (me) ha ido de coña leerlo por aquello de la buchklappekultur, de la que hablaré otro rato.

Aquellos que gustaron del formidable Las Aventuras del Soldado Schweik de Jaroslav Hasek (no tengo el acento tejadito invertido para poner encima de la "s" de Hasek, lo siento) se lo pasarán de coña con esto. De veras. Y por supuesto, apréstense a gozar con la crítica inteligente, realista y sin saña en relación con los absurdos estalinistas y más allá. Y no les digo más: procedan.

Y para concluir: el pasado sábado Ana, la hija de mi hermano, fue cristianada (o, como podría haber dicho alguien de este mi terruño "ha dejao de ser morica") y yo devine padrino de la susodicha en una ceremonia religiosa (me consta que está en estudio lo del bautizo civil) en que el oficiante no dijo ningún despropósito. Luego, como es procedente en cualquier celebración, reunión o amontonamiento de personas en España, procedimos a ponernos púos -que dicen en Andalucía-, eso sí con Mucho Calor (la mayúscula no es casual).
Buenas noches y felices sueños.

6 comentarios:

Awake at last dijo...

Me apunto el libro. En cuanto a la caloreta, si quieres te soplo un poco desde aquí, pero me parece que no te va a llegar (ayer llegamos a 34)
Y respecto a la Revista... ¿esas cosas todavía existen? ¿En serio?

Besos!

Hans dijo...

Existen, Awake: PUEDO JURARLO. Y también puedo asegurar que no me he explayado.

Gracias, Abril, bienvenida. Me gusta que te guste.

Marta, querida:
1) hay ofertas que como bien sabes no se pueden rechazar (sospecho afinidad laboral, btw).
2) La novela no es compleja para nada. Fantásticamente vacacional.
3) Los únicos deportes merecibles son los de cama y mesa, ya lo tengo dicho y reiterado.
4) En cuanto a lo último, gracias mil, favor que V. me hace con lo de simpático. Eso sí, por lo que respecta a la hermeseidad de mi mundo... pues hombre, considerando a Hermès el corbatero más soso del Orbe, y teniendo en cuenta que entre mis innúmeras corbatas creo que tengo una o como mucho dos suyas -que jamás me pongo, por sosas- la verdad es que me has hecho polvo: mi vida es SOSA, a ton avis, o lo que es peor, en este blog se transmite sensación de sosez vital, lo que
a) o me tilda de soso a mí,
b) o me tilda de mal narrador.
No sé qué me gusta menos :D. En fin, me reconocerás al menos que te recomiendo buenas ginebras.

Anónimo dijo...

Lástima de fotos de cada uno de los personajillos de la Revista...

Cada vez que te leo lo de sin techumbre me suceden dos cosas contrapuestas:

- Se me ponen los dientes cada vez más largos.

- Me amplían 15 días más la entrega del mío.

ATT dijo...

Inenarrable, que palabra tan bonita, qué sonoridad.

Y muy adecuada para la Revista que tuviste que soportar, me temo.

Yo no soy muy de Revista, pero, lo reconoceré a riesgo de ser apedreada, me gusta la Zarzuela.

Por cierto, muy a favor de espantáculo

Anónimo dijo...

Hans, si tu mundo es una corbata de Hermès, el mío es un bolso de Zara en rebajas. No creo que sea aburrido en absoluto, al contrario, cuando leo muchas de las cosas que escribes te envidio. Lamento decir que no hoy, cuando he leído lo de la Revista. Nunca he ido, pero sospecho que es algo un poquito rancio. En todo caso, una experiencia más. Dicen que hay que probarlo todo, eso curte...

siouxie dijo...

No recuerdo cómo he llegado hasta aquí, pero me ha gustado hacerlo :).
Como dijo terminator: "volveré".